Be my beginning

Per un milione

Emma.

Pasaba de camino por Grannys después de salir del trabajo, después de una larga noche de guardia, odiaba eso, sobre todo porque me alejaba de Regina y mis hijos toda la noche, por suerte todo estuvo tranquilo, en cuanto mi padre llegó, tomé las llaves de la patrulla y me fui a casa, pensé en llevarle algo a Regina y desayunar juntas en su oficina, estaba llegando al restaurante cuando la vi, parecía marearse, Jay la sostuvo para que no cayera al suelo, no recuerdo ni como salí de la patrulla, solo sé que tenía que llegar a ella.

—¡Regina! —grité y la rodeé con mis brazos desde atrás brazos y la giré para verla a los ojos. Se vía desorientada—¿Mi amor, estás bien? –le pregunté tomando su rostro.

—sí, solo fue un mareo. –dijo.

—vamos a casa. —dije pasándole el brazo sobre sus hombros y besé frente. — después vendré por tu auto.

Abrí la puerta del copiloto y ella entró, cerré la puerta y conduje a casa, me di cuenta de que llevaba una bolsa de papel con las letras del restaurante impreso, lo me dio a entender que no había desayunado.

-no has desayunado ¿cierto? –le pregunté.

-aun no –dijo simplemente.

-lo harás cuando lleguemos a casa.

La escuché tronar la legua a modo de fastidio –solo fue un mareo tonto, no significa nada –dijo molesta.

-cielo, la obstetra dijo que debíamos cuidar tu presión, tienes que tomarte las cosas con calma. -La vi acariciando su vientre distraídamente - ¿quieres ir al hospital? –pregunté y por primera vez sus ojos me miraron atentamente.

Puso su mano en mi muslo y le dio un apretón suave.

-no, estoy bien, solo fue el calor y el ayuno, solo quiero ir a casa y recostarme un rato.

-tengo una idea. –dije tomando la mano que tenía en mi muslo.

- ¿Qué será? –preguntó con voz suave.

-desayuno en la habitación y dormir toda la mañana ¿Qué tal?

-suena bien. –sonrió, aunque la sonrisa no llegó a sus ojos.

Llegamos a casa he hicimos lo que le yo tenía planeado, me di una ducha después de desayunar, Regina se puso el pijama y yo me puse el mío que consistía en una camiseta desgastada, aunque últimamente dormía desnuda, mi excusa era que, hacia demasiado calor durante las noches, Regina no se quejaba, bueno, no se quejaba mucho.

- ¿te sientes mejor? –dije acostándome a su lado.

-me siento bien, no hay de qué preocuparse. –me dijo acariciando mi brazo.

-me estas pidiendo algo que no puedo hacer, lo siento. –dije y me moví para cerca de ella para acariciar su vientre.

-no te disculpe, supongo que es normal –dijo acariciando mi mandíbula con su índice

Sus ojos me miraban atentamente como si me estudiara, Regina estaba algo rara.

- ¿Cómo crees que será nuestro bebé? –me preguntó.

-bueno, lo importante es que sea sano, pero si se parece a ti estaré más que satisfecha –dije metiendo mis dedos en sus cabellos. Ella sonrió antes de besarme. - ¿tu cómo crees que será?

-creo que será hermoso, él o ella, será un hermoso bebé –dijo con una sonrisa soñadora. –y creo que será igual a ti, y creo que no podría pedir más.

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Regina.

Emma se quedó completamente dormida, pero yo no podía, las imágenes de Jay, de quien era, no salían de mi cabeza, quería hablar con él, deseaba tanto estar con él, quería entender que había pasado para que él terminara aquí.