Capitulo 5

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Kim Seokjin

Desaparecer de la vida de Nina hubiera sido la decisión que cualquiera tomaría después de lo filosas que fueron las últimas declaraciones antes de partir de casa.

No sólo yo resentí la ausencia de Nina durante su estancia en la universidad, su madre, mi padre y la pequeña hermana que teníamos en común extrañabamos a la silenciosa chiquilla que jamás se metía en problemas.

Tres veces y digamos que fueron muchas las ocasiones donde pasó tiempo con nosotros en esa época. Nina era una profesional creando excusas, o regresando a su ciudad natal para refugiarse en los brazos de su abuela y fingir que en Seúl no tenía una familia.

Ambos estudiamos en la misma institución, pero Nina prefería no hablarle a otros de nuestro lazo familiar por el matrimonio de nuestros padres y la pequeña Seolha, hermana de ambos. Aunque, a pesar de estar cerca nuestras carreras eran totalmente opuestas, Nina era de las chicas que pasaban más tiempo en grandes rascacielos y yo en hospitales.

Pero ello no era un impedimento para saber a detalle su vida. Por ejemplo, cuando terminó su relación a larga distancia con Park Jimin a causa de Jungkook. Pero, incluso hasta el hombre con más autoestima se sentiría amenazado con un mejor amigo así como el que Nina tenía en todo momento a su lado.

Jeon Jungkook era hijo de un abogado y político respetable de la ciudad, demasiado listo y atractivo para el sexo opuesto, incluso para mi lo era. Ambos se conocieron en secundaria poco después de que Nina se mudara con su madre a Seúl y desde ahí se volvieron inseparables.

Tampoco fui ajeno cuando una de sus profesoras se sintió encantada por los atributos de Nina que terminó ofreciéndole un trabajo de medio tiempo, mientras ganaba algo de dinero y aprendía de la joven mentora Haeyoung. O incluso cuando el novio de Haeyoung Kim Namjoon, descubrió a Nina y en poco tiempo formaba parte de su emergente firma de abogados con Min Yoongi, donde más tarde Jungkook se integraría construyendo uno de los negocios más rentables de Corea del Sur.

He sido testigo de todas las ambiciones por las que Nina ha luchado y como paulatinamente se convirtió en la verdadera definición de éxito.

Nina se volvió fascinante, dejando atrás aquellas inseguridades que le daban ese aspecto noble y pasible.

Ahora era una dama completamente sofisticada quien con esas orbes profundas y adictivas me observaba perturbada por lo último que yo había dicho.

—¿Recuerdas aquella madrugada en la que por mi culpa arruiné tu vida?

Era irónico que ambos hayamos terminado así de involucrados, después de que Nina fue muy clara en externar su odio hacía mi. Que en ocasiones llegaba a pensar que estaba siendo usado por la femenina, pero de pronto, tenía frente a mis ojos aquella mujer que cada día envíaba a mi consultorio toda clase de guisos y postres preparados personalmente por ella. O cuando tenía días malo ella simplemente jugaba con mis cabellos hasta que yo terminara profundamente dormido.

—Traes a colación de nuevo eso. Quiero creer que entonces estás conmigo para hacerme pagar mi mal comportamiento del pasado.

—Somos una pareja, es normal que trate de comunicarme mejor contigo. Aún hay cosas que tú y yo no hemos desahogado, me parece inaudito porque yo no quiero que esto sea sólo algo temporal Nina, estoy seguro de esto.

—Nuestros padres no lo saben, empecemos por ahí.

—Porque ellos creen que me odias.

—Y ellos creerían que estas conmigo por lástima, igual no creo que se aleje de la realidad.

Inmarcesible • Libro UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora