Capitulo 16

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Nina abrió los ojos alrededor de las nueve de la mañana, y lo primero que tomó fue su móvil para verificar por qué su alarma no la había despertado, sin embargo, al ver la hora paró de golpe completamente alterada.

Se le había hecho tarde por primera vez y Seokjin no fue capaz de despertarla. Quiso reclamar, pero el masculino no se encontraba en la cama y eso la alarmó pues regularmente ella despertaba mucho antes que él.

La chica salió de la cama comenzando a gritar el nombre de Seokjin, así que éste desde la cocina le contestó con un alegre timbre de voz.

El chico se encontraba con el torso desnudo mientras preparaba el desayuno y tarareaba algunas canciones que se reproducían desde su Alexa, era como si el sol de abril haya entrado por la puerta y se hubiese apoderado de él. Era todo un excelso espectáculo matutino para la femenina.

Seokjin al ver a Nina, automáticamente sonrió, y como no, si apareció en su vida para hacerlo el hombre más feliz del universo y le estaría eternamente agradecido por eso. "Es tan bonita cuando despierta", pensó.

—Seokjin, has visto la hora ¡¿Por qué no me hablaste?! Namjoon debe estar furioso, yo debía estar en la oficina desde hace dos horas.—Nina comenzó a dar vueltas por toda la cocina pensando cuál sería la excusa más razonable que le daría a Namjoon sabiendo que hoy era el día donde todos se debían reunir para dar los reportes semanales de trabajo, y considerando que Jungkook estaba en el hospital, debía tener una carga de actividades doble.

—Yo también. Pero renunciamos.—sonrió con malicia.

La mandíbula de Nina cayó al suelo luego de escuchar un 'renunciamos', definitivamente Seokjin había enloquecido.

—¿Cómo por qué renunciaríamos? ¿Cuándo se supone que hicimos eso? ¿Cómo vamos a vivir? Kim Seokjin, qué hiciste.

—Namjoon y Yoongi estuvieron de acuerdo cuando llamé esta mañana, y yo tenía planeado renunciar al hospital hace mucho tiempo, pero el ver como mis colegas trataban a mi esposa me animó aún más hacerlo, cosa de la cual no me arrepiento. Además, tengo demasiado dinero en fondo e invertido para que vivamos el resto de nuestros días cómodamente.

Nina mentiría si todo aquello no la había conmovido, por un tiempo pensó que Seokjin no le daba importancia al trato tan hostil que le daban sus colegas, por el simple hecho de no saber qué hizo mal para ganarse el desprecio pues se consideraba una mujer ordinaria que no le hacía daño a nadie. Pero para el personal del hospital no era así; Park Nina era una dama de pocas palabras haciéndola ver presuntuosa y arrogante, la realidad es que la mujer era demasiado tímida para tratar con personas que desconocía y más cuando le mostraban mala cara.

—Seokjin, yo nunca he dejado de trabajar, KM Counselors es casi toda mi vida.—reclamó.

—Y te estás enfermando más.

—Pero...

—Por cierto, tenemos una cita a las once con el médico, así que será mejor si desayunamos. Y después, iremos a casa de nuestros padres, es momento de darles la buena noticia sobre nuestro matrimonio.—el hombre finalizó acercándose a Nina para depositar un casto beso en los labios de ésta.—Y buenos días, mi angel.

—He perdido a este hombre.—Nina sentenció abatida por las decisiones tan repentinas de Seokjin.

Pero, para un hombre que amaba tanto a su querida esposa, el estar lejos de ella no era una opción, quería estar a su lado porque era completamente suyo y ella suya.

[••••]

El doctor explicaba con detalle el estado de salud de Nina, y viendo el panorama no era favorecedor para una mujer que no llegaba ni a los treinta años, pero aquel accidente le dejó más secuelas de lo que imaginó.

La pareja se mantenía atenta escuchando al médico y con las manos entrelazadas ambos trataban de darse consuelo.

—El traumatismo que sufrió tu cerebro hace catorce años es quizá el factor más importante y la causa de que a veces sientas algún grado de desorientación. Como puedes ver estas imágenes, tu cerebro tiene daños significativos que no fueron tratados con cuidado después del accidente.

》Aparentemente no mostraste posteriormente anomalías, pero lo que comentas sobre algunos eventos sucedidos recientemente indican que has desarrollado una enfermedad neurodegenerativa, lo cual es un caso totalmente poco probable para alguien de tu edad. Y estoy impresionado como aceleró su comportamiento por los signos tan tempranos que presentas de alzheimer.

El rostro de la pareja se deformó al escuchar al médico quien con pena les dio la noticia.

Nina tenía leves sospechas y Seokjin estaba muy convencido de lo que sucedía, pero existía un rayo de esperanza para evadir la realidad, sin embargo, finalmente el doctor se encargó de destrozar la dicha de los recién casados.

Nina se levantó con torpeza sintiendo que el lugar la estaba asfixiando, y dejó a los dos hombre en aquel consultorio.

Para ella significaba que su vida se estaba arruinando rápidamente. Recordó como el doctor que la atendió después del accidente le comentó que era muy propensa a padecerlo, sin embargo, sería a largo plazo, pero ahora todo indicaba que el destino era demasiado incierto, y justo como se decía todos los días así misma, estaba más que condenada.

Seokjin la alcanzó jadeante luego de correr por todos los pasillos del hospital encontrando a una Nina perdida en ese gran cristal que daba vista al hermoso jardín.

Las emociones estaban trayendo toda clase de pensamientos a la chica, entre ellos tener que renunciar a Seokjin. Tampoco estaba dispuesta a condenarlo y atarlo a algo que ciertamente no tenía futuro.

Nina sintió la aproximación de un Seokjin preocupado por ella, el hombre corrió a toda prisa únicamente para estrechar en su brazos a su chica sabiendo lo mal que le cayó lo noticia, pero Nina estaba determinada a alejarlo de su vida para siempre.

—Vamos a divorciarnos.—sentenció.

Seokjin se tembaleó en su lugar después de escucharla decir una cosa así.

No lo aceptaría, no después de estar con la persona que siempre le importó por encima de él mismo. Quizá, Nina creía que era lo mejor para él, pero qué había de lo que Seokjin pensaba. Y él definitivamente quería estar a su lado hasta el final.

—No.—dijo determinado.

—Por Dios Seokjin, ya escuchaste al doctor, estoy condenada. ¿Acaso quieres desperdiciar tu vida con alguien como yo?

—Escucha una cosa Park Nina. En tu vida vuelvas a decir que estar a tu lado es un desperdicio porque nunca lo será. ¿No te das cuenta de que te necesito y siempre lo he hecho? No veo una vida sin ti a mi lado. Nina, no me alejes de tu vida una vez más, no de nuevo.

Nina terminó por romper el llanto después de reprimirse durante los últimos minutos, pero ya no quería seguir siendo esa hermética chica que odiaba que otros conocieran sus debilidades. Porque Seokjin estaba dispuesto a ofrecerle su mano incluso hasta el final.

En su rostro podía encontrar ese genuino amor que tanto añoró, lo amaba demasiado y tampoco era capaz de ver una vida sin él a su lado. Amaba cada uno de los momentos que pasaban juntos, amaba a ese chico parlanchín que siempre tenía una sonrisa para ella, entonces, se dio cuenta de que había ganado un extraordinario aliado con quien compartir sus días.

Seokjin la abrazó tan fuerte dispuesto a demostrarle que ella siempre tendría donde refugiarse, que sólo lo necesitaba a él y nadie más.

—Te amo tanto Seokjin.

Sin darse cuenta, ambos habían construido un amor tan puro y genuino que nada podía destruirlo, estaban muy rendidos a esos sentimientos que nacieron desde que eran sólo un par de jovencitos.

—Y yo a ti, mi angel.

Inmarcesible • Libro UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora