Capitulo 2

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Park Nina

Haeyoung arreglaba mi cabello mientras por el espejo podía ver a Seokjin sentado sobre el filo de la cama observando con total cuidado como la femenina me dejaba casi irreconocible, por lo que su insistente mirada me causaba cierto nerviosismo reflejando un leve enrojecimiento en mi rostro.

—Estás incomodando a Nina. Podrías mirar a otro lado.

Seokjin hizo un puchero por la pequeña reprimenda de la mayor, lo cual agradecí internamente.

—¿Por qué? Nina es mi novia y bonita por cierto.

—Todos acá sabemos que Nina es bonita, pero esta noche cerrará un contrato importante, no puede tener distracciones como tú.—Esta vez le tocó a Namjoon hablar mientras ya listo para irnos observaba la escena.

—Hyung, si alguno de esos viejos verdes se le insinúa a Nina no necesitas pensarlo mucho, estoy a una llamada de distancia.

Me levanté del tocador mirando con cierta indignación a Seokjin, a veces podía comportarse infantilmente, era ridículo, pero de cierta manera el hombre tenía un punto. Había sido testigo muchas veces de como nuestros clientes eran demasiado sugerentes sobrepasando los límites de la amabilidad.

—Regularmente si Nina va conmigo pocos logran acercarse.—declaró Namjoon.

—Lo he visto, es como esos padres celosos.—Haeyoung trató de apaciguar el momento con un comentario que era más que real. Yo podía ser toda una mujercita, pero a los ojos de Haeyoung y Namjoon todavía era como la niña de hace años que guiaron y cuidaron mientras estaba lejos de mi familia.

—Me adelanto. Nina, te espero en el auto.—Namjoon salió de la habitación mientras era seguido por Haeyoung.

Seokjin y yo quedamos solos, así que aproveché para tener un abrazo de él, mismo que no dudó en enrollarme en sus fuertes brazos.

—Nena, no quiero parecer un idiota, pero conozco a todos esos imbéciles y pueden llegar a incomodarte, es sólo eso.

Suspiré al sentir el olor de su colonia mezclado con el tabaco.—¿Has fumado?

—Después de que te ayudé a subir la cremallera del vestido, sentí que lo necesitaba antes de perder la cabeza. Namjoon hyung tiene razón, es un día importante para ti, no puedo distraerte con mis cosas.

Reí por lo bajo al escuchar aquello. Si algo tenía Seokjin a su favor era la franqueza en como expresaba sus pensamientos, desde que comenzamos a salir nunca se guardó nada, así que yo comencé a considerarlo como el tipo de cómplice que toda la vida necesité.

—¿Puedes pasar por mi terminando la cena? Hay un lugar que necesitas conocer.—sugerí con emoción.

Mi novio se sorprendió, regularmente después de mis reuniones terminaba cansada que solo pensaba en dormir y dormir, pero estábamos en mi ciudad. Ansiaba que Seokjin conociera una parte de mi.

—¿No necesitarás descansar?

—Hagamos que tu venida no sea en vano.—me aparté de él, pero antes de partir deposité un ligero beso sobre sus labios.

Pero fue como encender la mecha de algún explosivo, Seokjin volvió a rodear mi cintura y con cierta demanda aprisionó mis labios sin ninguna delicadeza. Después terminó por soltarme totalmente alterado.

—Sólo vete antes de que arruine tu cena.—el hombre se dio la media vuelta completamente rojo, quizá después de este mini episodio termine por fumarse toda una cajetilla.

Probablemente no eramos una pareja ordinaria como todos pensarían, quizá no teníamos aún esa clase de encuentros candentes a pesar de estar juntos alrededor de un año. Seokjin se estaba esforzando demasiado por contenerse y no hacerme creer que sólo era un polvo más para él.

Un año completo le ha costado restaurar su reputación con las mujeres, que las personas que lo conocemos desde siempre perdimos la cuenta de todas las bellezas que pasaron por su lecho de rosas.

Y luego de enterarse de nuestra relación, más de uno sigue creyendo que dentro de muy poco el encanto de ambos de se acabará, por ser opuestos en todos los aspectos. Más de uno pensó que terminaría saliendo con un tipo igual de aburrido como yo, para ser exactos, alguien como Jeon Jungkook, mi mejor amigo.

Me encogí de hombros caminando hasta el jardín donde Namjoon esperaba ya impaciente por mi llegada.

—Tenemos diez minutos para llegar a Monte di Calabria.

El mismo nombre que en letras doradas resaltaban el lujoso sitio en el cual se llevaría a cabo la firma del contrato.

Monte di Calabria era uno de esos lugares difíciles de costear para alguien ordinario, pero dado los extravagantes clientes que tenemos, pagar un vino aquí era quitarle solo una pequeña pluma de sus almohadas.

Namjoon me ofreció su brazo para subir las pequeñas escalinatas, y justo a nuestras llegada fuimos escoltados por uno de los camareros.

Al entrar, la mesa se encontraba llena de toda clase de alimentos afrodisíacos, cuatro masculinos y tres camareros más quienes en ningún momento alzaron la mirada.

El señor Wang era de esos señores clasistas que odiaba que alguien inferior a él lo mirara siquiera dos segundos a la cara.

¿Qué hay de Namjoon y yo? Era distinto, porque hemos sido el epítome del fango convertido en oro.

—Namjoon, Nina, Jaein me ha hablado mucho de ustedes, sobre todo de ti Nina. Eres como la abogada estrella de KM Counselors.

Igual y sí, pero no era para tanto.

—La abogada Park liderea su proyecto en conjunto con el señor Han, entre otros importantes lo que la hace tener la expertise para desarrollar cada una de sus necesidades.

—Sí, me han contado mucho lo bonita e inteligente que era, pero no imaginé que fuese tan impoluta abogada Park.

—El doctor Kim debe ser muy afortunado.—El señor Han comentó con cierta naturalidad aquello, provocando que Namjoon susurrara un "Bien".

—¿Quién es el doctor Kim?—inquirió el señor Wang.

—El doctor Kim Seokjin, debe conocerlo, es muy famoso por su talento en las ciencias neurológicas. Además, es novio de la abogada Park.

El señor Han había hecho su trabajo hasta aquí.

—Creí que era soltera, se ve muy joven.

La vergüenza y bajos animos del señor Wang habían sido demasiado evidentes, el hecho de que un anciano fuese tan insinuante me pareció incómodo.

Pero no tanto como un rostro demasiado peculiar en el mismo salón que yo. Y pequeños recuerdos vinieron a mi mente en cuestión de segundos.

Uno de los camareros tenía ya un rato observándome, de eso no existía duda por su insistente mirada que apenas correspondí.

Era Park Jimin, mi primer y único novio antes de que Seokjin llegara a mi vida. Aunque, un ex novio suena mejor.

Nuestras miradas se encontraron, pero inmediatamente volví a lo que realmente me interesaba. Probablemente, esa noche tenía demasiada confianza conmigo misma que podía sentir el mundo girando a mi alrededor.

Estaba cerrando uno de los mejores contratos de mi vida, y tenía a un novio esperando por mi, pero no uno cualquiera, era Kim Seokjin.

A lo mejor, y si lo quería tener para el resto de mi vida conmigo.

Inmarcesible • Libro UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora