—¿Supieron que el doctor Kim se casó estas vacaciones?—una de las enfermeras pronunció con mucho orgullo.
Que el soltero más codiciado del gremio se haya casado, fue la noticia del día entre el cuerpo médico del hospital.
Ahreum quien iba pasando en ese momento paró abruptamente al escuchar el nombre de su amado, seguida de la palabra matrimonio.
—Dios, ¿Y quién es la afortunada?—otra enfermera cuestionó.
—Es una mujer muy importante en el mundo de los negocios. Para ser exacta, directora corporativa de KM Counselors. Aunque, en este caso el afortunado debería ser el doctor Kim.
—Yo pensé que salía con la linda de Ahreum. Por ser la hija del doctor Kang cualquiera lo hubiera deducido.
—Es linda, pero muy malcriada. Cree que tiene el mundo a sus pies solo porque su papi es dueño del hospital. Y eso no es competencia para la esposa del doctor Kim. Yo la he visto un par de veces por aquí para comer con el doctor y es una mujer muy sofisticada. En realidad toda una dama.—Han Hyeyoon, una de las enfermeras mencionó con honor al hablar de la nueva esposa de Seokjin.
Y es que desde que Hyeyoon conoció a Nina no dudó en sentirse fascinada por ella, amaba verla por los pasillos con una gran sencillez buscando a Seokjin a la hora de la comida, donde nunca faltaba para estar con él.
Aquellas palabras trastocaron todos los animos de Ahreum por el simple hecho de ser verdad.
Ella había tenido la fortuna o ahora que lo sabe, la desgracia de conocer a Park Nina días atrás. Y esas enfermeras no mentían, ella era una dama en toda la extensión de la palabra.
A pesar de haberle tocado temas muy sensibles a Nina, en todo momento guardó la compostura y de su rostro nunca se borró esa linda sonrisa. Era una mujer muy serena, por lo que no dudaría que eso haya sido una de las razones para que el soltero más codiciado del hospital, por voluntad propia se haya encadenado a una mujer. Pensó.
Además, Seokjin muchas veces hablaba de Nina con mucho cariño, siempre tenía cosas positivas que decir de la mujer, y en más de una ocasión la nombró como su tipo ideal.
Por Dios, cómo es que nunca lo notó. Seokjin, su amado Seokjin estaba profundamente enamorado, y para su mala fortuna, no era de ella.
—¡Buen día a todos!
Y hablando del rey de Roma. Aquel gallardo doctor hacía su primera entrada triunfal como hombre casado por las puertas del hospital.
En su rostro algo había cambiado, y si que mucho.
Aquella apariencia cansada desapareció. Se veía más joven, más sano, más feliz.
Y todos sabían por que. Pues esa era la cara de un hombre que estaba teniendo un buen sexo en casa.
—Seokjin-hyung, ¿Qué tal sus vacaciones?—preguntó uno de los internos y aprendiz directo de Seokjin.
A decir verdad, su alumno favorito, aunque no lo demostrara así era. Pues dentro del hospital era al único interno que le permitía llamarlo por su nombre, y no por su grado académico.
—De maravilla Soobin.—el mayor despeinó los cabellos del jovencito con mucho cariño. Algo que ni en mil años pensarían ver.
Seokjin siempre trataba con profesionalismo y exigencia a sus aprendices e internos, nunca lo verías darles esas muestras de cariño, pero vaya que si le estaba yendo de maravilla al doctor Kim.
—Por cierto. Te traje un souvenir de Busan.—Seokjin estiró su mano donde curiosamente en el dedo anular destacaba una resplandeciente sortija de oro, y le entregó una bolsa de papel al chiquillo, quien quedó petrificado en su lugar por tal cortesía de su maestro.—Mi esposa me ayudó a escogerlo.
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Inmarcesible • Libro Uno
FanfictionPor esos días en los que fuimos más que una pareja ordinaria, por esos días que puedes recordar como marcas de ayer; Espero que esos recuerdos nunca desaparezcan de tu mente, y que sean tan inmarcesibles como las flores de primavera.-Kim Seokjin.