Mia para Siempre. (1)

Capitulo 4

HEYYY AQUI OTRO CAPITULO :)

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Maldito Dia.

Mérida

Rayos, maldita cabeza me va a estallar, fue lo primero que sentí, lleve mis dedos hacia mis cienes para masajearlas, trate de levantarme pero un fuerte brazo rodeaba mi cintura posesivamente y me lo impedía.

¡Que Mierda! ¡Hay No! Rayos, ya recordé de quien es este brazo.

Gire solo para confirmar mis sospechas, el egocéntrico Maximiliano dormía tan plácidamente como dios lo trajo al mundo y se veía tan jodidamente sexy, con su cabello alborotado, su boca entreabierta de la cual salían pequeños ronquidos, la forma de sus brazos, sus muy buenos digo bien marcados músculos del tórax subían y bajaban gracias a la respiración tranquila y lenta, como me gustaría embarrarle de chocolate en esos cuadritos marcados y pasar mi lengua por todo...

Mierda, Mérida contrólate, joder y ahora qué hago, no pienso despertarlo y aclarar el revolcón de anoche, no definitivamente No, yace mejor huir como la cobarde que no soy, y usar uno de mis lemas preferidos "si te vi, ni me acuerdo de ti", tome con cuidado su brazo tratando de no despertarlo, pero se revolvió en su lugar pegándome más a él.

¡Mierda! Volví a intentarlo y ahora si lo había logrado, me incorpore sentándome con cuidado en la orilla de su lujosa cama y valla desastre que le hicimos, me reí mentalmente levantándome con cuidado de no hacer ruido, busque mi ropa interior y me la coloque "fácil" o bueno eso creí hasta que su voz interrumpió la búsqueda de mis otras prendas.

-¿Adónde vas tan temprano?- ¿cómo que adonde?, rodé mis ojos.

-Pues a mi casa, No pretendo quedarme más tiempo aquí, por cierto ¿done quedo mi vestido? no lo encuentro- le dije mientras miraba al suelo.

-Mérida es muy temprano regresa a la cama- me miraba, ¿Qué? Algo pasa aquí según los rumores y chismes muy bien fundamentados de la escuela, el Señorito Maximiliano siempre, siempre despide sus aventuras a la mañana siguiente, nada de "regresa a la cama" no esto definitivamente es raro.

Como lo sé, bueno digamos que todo se sabe y una que otra chica ha llegado a la escuela exigiéndole a gritos más atención después de haberse acostado con él, la noche anterior.

Garraspe mi garganta. -No gracias Maximiliano-

-Max- me respondió.

-¿Qué?- le pregunte

-Solo llámame Max, Maximiliano es muy largo- asentí con la cabeza.

-Ok Max gracias por tu amable oferta, pero NO, me tengo que ir- salí de su recamara hacia la sala de su piso busque con la mirada y ahí estaba mi vestido todo arrugado hecho bolita a un lado del sillón de cuero negro, lo tome para ponérmelo, pero un Max con el ceño fruncido apareció frente a mí solo en unos jodidos bóxer que lo hacían ver irresistible, ¡joder! ¿Acaso me quería matar o qué?, camino hasta mí y su mano me arrebato rápidamente la prenda de mis manos arrugándola más.