Capitulo 6

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HOLA HE AQUI OTRO CAPITULO :)
Espero que se pueda leer.
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¡Mierda!

Mérida.

-La vida es una......una.....- no termine la frase gracias a Marcos, desde que desperté se encerró en la cocina y no ha querido salir de ahí.

-¡Mierda!- grito Marcos desde la cocina

-¡Exacto!- exclame yo muy segura.

¡Maldición! ¿Qué mierda? estaba pensando cuando me acosté con el maldito de Maximiliano. No y eso no es lo peor, ¿por que mierda sigo pensando en él?

-¡Termine!- dijo Marcos saliendo de la cocina con un... intento de torta?

Maldición -¡¿Que mierda es esa?!- grite apuntando esa cosa.

-Mérida no me jodas, hoy es tu no querido cumpleaños y yo como buen amigo que soy te hice esta maravilla-

-No me jodas tu a mi Marcos, sabes la mierda de día que es este para mi, así que tira esa porquería-

Lo odiaba, odiaba con todo mi ser este día.

-¡Mérida! No seas perra y comete la puta torta-

-¡¡No!!- me levante del sillón de donde estaba y corrí a mi habitación busque mi chamarra de cuero, tome el casco de calavera, mi casco como amaba mi casco y salí de la casa corriendo ante las advertencias y sentencias de muerte por parte de Marcos.

Hoy era nuestro puto cumpleaños y no podía hablar con él.

¡Rayos! necesitaba unos buenos tragos, subí a la moto de Marcos  colocándome el casco y salí a toda velocidad, nada mejor que la adrenalina para esas tonterías de sentimentalismos.

Después de un rato de estar dando vueltas, algunas ilegales en la moto me detuve frente a un bar.

Aparque la moto, baje y me quite el casco, a lo lejos escuche una serie de chiflidos e intentos de piropos, bastante sexuales. Gire hacia donde venían, un grupo de diez chicos todos sentados en el capó de sus deportivos con bebidas en sus manos me miraban sin ningún pudor, mire mi vestuario sinceramente el cuero me queda de infarto, los pantalones se pegaban como una segunda piel marcando perfectamente bien cada curva de mi trasero y la musculosa blanca daba un buen contraste con mi chamarra, sin mis inseparables botas largas, toda imagen de chica mala.

-¡Ven aquí preciosa!- oí gritar a uno.

Con total seguridad y sensualidad camine en su dirección, valla todos estaban de buen ver, pero el de en medio estaba todavía mejor y afortunadamente este había sido el valiente en llamarme.

-¡Joder! estas mas buena de cerca- dijo bajándose de su deportivo.

Nada mal chico, pensé.

-Te invito un trago cielo- ¿cielo? fruncí mi ceño, este era otro que me llamaba así, ¿Qué mierda? ¿acaso parezco un puto ángel? niño tonto lo arruinaste.

-Muy mal niño- negaba con mi dedo índice en su cara -Ibas bien hasta que abriste tu boca- dije mientras me acercaba mas a él.

El también frunció el ceño, si debió ser un golpe duro para su ego llamarlo niño frente a sus amigos y en especial por que no parecía un niño, mas bien un buen y bien proporcionado modelo.

-¿Acaso?- baje mi otra mano hasta su abultado amiguito -Te parezco una niña buena- apreté mi agarre, él chico abrió los ojos por la intromisión en sus bolas, pero duro poco su mirada rápidamente se oscureció y pude ver su lado salvaje.

Mia para Siempre. (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora