Capitulo 9

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Y se repite la misma historia.

Mérida

¿Quién eres?

Buena pregunta, a estas alturas ni siquiera yo misma se la respuesta.

-Y a ti te importa ¿Por?- espere su respuesta, pero nada solo me miraba intensamente con esos ojos que empezaban a gustarme cada maldito segundo mas ¿que? no. Loco cerebro oxigénate bien, debo salir de aquí me estoy volviendo loca. 

-Esta bien vamos- empezó a ponerse su ropa.

-No, no, no, niño bonito, tu te quedas aquí no te puedo llevar con migo, mejor quedamos otro día-

-¡¿Como cual día?! ¡¡Cuando me dejaste inconsciente en mi departamento o cuando te busque y te encuentro con mi primo follando o cuando en el maldito estacionamiento estuviste apunto de volver a huir de mi, no lo creo tu, no te despegas de mi!!- abrí mis ojos este que se estaba creyendo y joder al que me tire era su primo con razón tanta familiaridad.

-Te estas escuchando idiota, ¿Escuchaste toda esa mierda que acabas de soltar?- abrió los ojos, bueno por lo menos el también se sorprendió de toda esa sarta de estupideces.

Guerra de miradas, ¡MALDICION! no tenia tiempo para esto necesitaba llegar rápido a casa y Por dios la jodida moto, rayos la deje en el bar de mala muerte.

-Bien, vamos entonces, pero no hagas mas preguntas estúpidas y no hables solo limítate a seguir mis ordenes-

Mala idea Mérida, susurraba mi cabeza una y otra vez sin para y sabia que eso era malditamente cierto, se que me arrepentiré de esto.

Le quite mi ropa, Max se vistió a velocidad luz y yo también cuando estaba abrochando mi sujetador mire a un Maximiliano deseoso -Deja de mirarme así pervertido-

El se acerco hasta mi -¿Así como?- pregunto besando mi cuello -¿Así con deseo?- pregunto el muy capullo -Es inevitable tu me seduces- dijo succionando mi cuello.

-Para niño, me dejaras marca- lo empuje borrando la neblina oscura que empezaba a cubrir mis ojos, también lo deseaba, maldición ¿acaso no me cansare de esa cara bonita? ¡Joder! hay que ser de palo para no desearlo, prácticamente me lo comía con la mirada.

Hasta que abrió la boca -Esa es la idea, marcarte- rodé los ojos, no me enoje.

Últimamente sus tonterías empezaban a no tener efecto o será que.... NO, seguro era eso su boca bonita se abría solo para decir tonterías.

-¿Vamos?- pregunto, ¡rayos! mala idea -Joder pues vamos- gruñí.

Salimos de su espectacular departamento y al pingüino al que me había arrojado la primera vez que pise este edificio pijo. Me miro con ojos no muy contentos.

-Mario te odia cariño- fulmine a Maximiliano con la mirada y al pingüino le mande un beso descaradamente.

-Oye, yo merezco uno también-se quejo el chillón de Maximiliano.

-¿Por que? yo no veo que hayas hecho algo por mi-

-Entonces debo de regresar esa moto- de pura felicidad me lance a él, besándolo me ahorro la discusión con Marcos por abandonar la moto en aquel bar.

-Gracias, bebe- hay dios se me esta pegando lo idiota.

Ignore mi comentario estúpido y subimos a mi moto el se monto tras de mi abrazándome y manoseándome -Cuidado donde tocas niño-

-No, acaso no soy tu bebe-gire los ojos y encendí la moto para salir derrapando por la calle estoy segura que si nos detienen, el paquete se ara cargo de los gastos.

Mia para Siempre. (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora