Capitulo 13

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Las cosas son como son.


Mérida

-Todo en esta vida no es gratis y tarde o temprano hay que pagar- dijo colocando sus labios sobre los míos, besándome como en aquellos días.

-Siempre me gusto el sabor de tu brillo, ¿fresa verdad?- hablo contra mis labios y separo su boca -Hay cielo, estas en shock- sonrió de lado.

-¿Nunca esperaste que viniera a verte verdad?- no borro su maldita sonrisita. -Pero en mi defensa tu ya lo sabias, en la ultima llamada te avise que vendría-tomo mi cara entre sus manos, el calor que desprendía al tocarme erizo mi piel hace tanto tiempo que no lo tenia tan cerca.

Si estaba en shock ni siquiera podía hablar algo en mi garganta me impedía abrirla.

-Sabes estoy realmente enfadado por lo que le hiciste a mis bodegas, ahí tenia toda una jodida entrega para los chinos y ¿Por qué demonios la tenias que hacer volar?-seguía sin nada.

-¡Ah claro! ya recuerdo, tenias que hacer el favor a los hermanos idiotas. ¡JODER! el pequeño Duarte tenia que haber muerto Mérida ¿Sabes cuanta mierda me eche encima por tus putas acciones? ¡¿Lo sabes?!-soltó mi rostro para tomar mi cabello en puño.

Sentí el dolor con el que me sostenía y me obligue a salir de mi estado -¡Le cortaste un dedo André!- grite.

-¡¿Qué mierda querías que hiciera?! Ellos me ayudaron y yo tuve que salvar al Duarte ese fue el trato. ¡Y deja ya mi cabello!-me solté de su agarre.

Negó con la cabeza -Hay mi Mérida enserio. Es imposible enojarme contigo mi pequeña-volvió  besarme de manera desesperada.

Forcejeamos, André quería pegarme mas a él y yo simplemente alejarme. Cuando uno en verdad necesita una pistola, genial no la traía. Claro que no podía ir por ahí con una arma, pero ahora me pensare en la posibilidad de cargarla con migo. -Siempre de fierecilla Mérida-

-A lo que vine- me tense entre sus brazos.


Volvió a reírse. -No vine para matarte si es lo que te preocupa, cielo. Nunca mataría a la madre de mis hijos-  

-Tu y yo no tenemos hijos demente-me aleje de un empujón, quería correr pero de la nada tres camionetas nos rodearon. Hombres fuertemente armados bajaron de ellas.


¡Mierda! Piensa Mérida, piensa.

-Pero los tendremos cielo y espero que pronto, hay que hacer crecer la familia. Ahora que somos jóvenes y enseñarles el negocio familiar ¿No lo crees? Ese siempre fue tu sueño ¿No? tener una familia siempre se lo decías a mi padre- lo fulmine con la mirada.

-¡Familia que Tu destruiste maldito!-

Ya esta, si me mata por lo menos le escupiría a la maldita cara todas sus jodidas verdades.

-¡¿Acaso piensas que lo mate por gusto?!- ahora fui yo la que fingió reír. -¿No? Por que te recuerdo que el idiota que nos vendió con los chinos fuiste ¡tu!-

-Y luego que casualidad que en medio de toda la mierda aparte nos callera la policía y no cualquiera las malditas fuerzas especiales. Y que tu jodido trasero por pura casualidad no estaba ahí pero si el de todos los demás. Eso para mi se oye bastante comprometedor y aparte ¿Quién mas que tu? para desasearte de Dimitri-

-¡Basta! -me callo. No lo hice y seguí.

-¡Eras su jodido heredero! si el moría tu te quedabas con todo-

-¡Cállate de una puta vez!-saco su arma y me apunto. -¿Duele la verdad pequeño André?-pregunte burlonamente.

-Pues felicidades, a mi me dolió ver encerrado a mi hermano y luego tener que huir como malditas ratas por que comenzante tu estúpida cacería de brujas ¿y sabes que también me dolió? traicionar a algunos de mis amigos. Hace años me vendí a ti y después tuve que hacerlo a la policía ¿y para que? para tener protección para mi y mi hermano. Eso si duele y también me dolió ¡Bastardo de Mierda!- me miro lleno de rencor.

Mia para Siempre. (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora