Capitulo 25

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¿Se había fugado de la supervisión de su mamá para ir a platicar con su progenitor? si.

¿Su mamá se enojaría? probablemente.

Pero Harry había estado encantado de llevarla con su papá, de antemano le habían avisado que irían a la hora de comer así que no sería una visita exprés pero al menos comería en casa de los Potter.

Llegaron a un pueblito a las orillas de Inglaterra donde después de caminar unos minutos, se encontraron con una linda casa a la que Harry no dudó en entrar con una llave que yacía bajo una maceta.

El interior era el mismo de la vez pasada pero en ese momento tenía más libertad de explorar cada rincón y observar todas las fotos; –¡Papá, ya llegamos!– anunció el de ojos esmeralda.

Un hombre de pelo castaño y piel clara se asomó desde la cocina y saludó –James vuelve en un momento, salió a comprar algo, ¿cómo consiguieron un permiso para faltar a clases?– preguntó con sospecha.

–Oh no– iba a decirle la verdad cuando el menor la interrumpió.

–Nosotros le pedimos permiso a McGonagall para venir a comer, como Ely se va en dos días, quería que comiéramos en familia otra vez– tenía que admitir que era rápido para mentir.

–Bien... dale mis saludos a McGonagall cuando vuelvan, pónganse cómodos mientras yo termino de servir la comida– aceptó con una sonrisa aunque no muy convencido.

–¿Por qué le mentiste a...?– sabía su nombre pero no sabía qué relación tenía con la familia.

–Tío Moony, fue prefecto en la escuela, nos regresará sin dudarlo si se entera que nos escapamos– susurró mientras se sentaba en la mesa.

–Okay... ¿y que hace aquí?–

–Tío Moony es la voz de la razón, seguramente está aquí para impedir que papá diga algo estupido–

–¿Cuántas veces ha hecho eso?–

–¿Quieres la verdad o una respuesta linda?– a lo que solo atinó a hacer una mueca de incredulidad.

–Digamos que papá es algo "lengua suelta" cuando está ebrio– admitió mientras jugaba con su varita.

Antes de poder responder, la puerta sonó y entró el auror felizmente con un envase de queso parmesano.

–¡Hola!– saludó energéticamente.

Depositó el bote en la mesa y abrazó a la mayor, escuchó unos pasos detrás de ella y unos segundos después también estaba abrazando a Harry, –Hicimos lasaña, espero que te guste– dijo hablándole exclusivamente a ella.

–Claro– la soltó y se dirigió a la cocina, donde pudo escuchar una reprimenda en susurros que de hecho podían escuchar.

Volteó a ver a su hermano pero este ni siquiera parecía enojado o triste, era como si supiera que iba a pasar, –Tranquila, papá solo está feliz de verte– respondió sin mucho ánimo y volvió a su lugar en la mesa.

–Pero–

–A mi me verá hasta que me mude y se libre de mí, a ti no lo se– interrumpió el chico.

Se sentó a su lado y dijo –Igualmente eres su hijo, no debería darme preferitismo porque me vaya a ver solo en festividades– mientras lo abrazaba a medias.

Los pasos se hicieron sonar y aparecieron los dos adultos con platos servidos y un refractario con el resto de la lasaña, cortando la conversación.

Al terminar la comida, la pregunta principal, salió a la luz –¿Y por qué querían comer justo hoy?– preguntó el auror.

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