Capitulo 21

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20 de mayo, hace 17 años exactamente, Eileen Aina Karkarov había nacido después de dolorosas horas de parto en Noruega, como una bebé totalmente sana y con una pelucita de cabello negro; unos años después, se había mudado a Bulgaria por petición de sus abuelos paternos.

No era una niña muy caprichosa pero si bastante demandante con sus cuidadores, no era de pedir cada cosa que le gustara pero si de pasar mucho tiempo siguiendo a su padre entre su oficina y la biblioteca o sentarse en el regazo de su madre mientras él calificaba trabajos de sus estudiantes.

A los 6 años había descubierto un gusto descomunal por el aroma de un omega en cinta, de por sí el aroma de su madre le encantaba pero esa esencia lechosa que soltaba durante su embarazo, la hacía permanecer a su lado en todo momento. A los siete había conocido por primera vez a Ingrid, una bebé que amaba cualquier cosa que brillara y a Magnus, un bebé que apenas y hacía ruido por el día pero todo lo contrario por la noche. Durante esa temporada fue cuando su mamá se "tomó un tiempo" de dar clases en Durmstrang pero realmente no volvió a su trabajo.

Amó a ese par desde el momento en el que les vio, el aroma lechoso se había trasladado a ellos, dejando a un lado la dependencia hacia su mamá y convirtiéndola en un fuerte instinto de protección a esas pequeñas bolitas de carne.

A los 8 había conocido a Viktor, el hijo de un socio de su padre, cuando el señor Krum había ido a arreglar unos asuntos a su casa en un fin de semana. Al principio lo había seguido con la mirada desde detrás del sillón pero solo bastaron unos minutos para que empezaran a jugar juntos, un par muy energético.

Se habían perseguido por toda la mansión hasta que Eileen tiró un jarrón por accidente y una elfa llamó a su padre y por consiguiente al señor Krum; nunca había conocido a otro niño así que se había negado a soltar a Viktor cuando su padre se lo pidió.

Viktor no era muy sociable pero definitivamente conocía a más niñas, así que la Karkarov tuvo que prometerle una bolsa de dulces, al final el par había podido más que dos hombres adultos, quienes al final accedieron a dejarlos volver a reunirse.

A los 9 y 10 habían decidido que querían ser amigos por siempre y para siempre, así que siguiendo con la "fórmula secreta para un: felices por siempre de su madre" le insistió a Viktor para que se casaran, con sus cuidadores no fue tan fácil. Su padre se había negado rotundamente, su mamá había intentado convencerla de olvidar el tema, la señora Krum no estaba en contra pero insistía en que esperaran algunos muchos años y el señor Krum había estado total y completamente de acuerdo.

Obviamente iban a esperar hasta la mayoría de edad y eso les había dado tiempo de convencer a los Karkarov adultos de dar su consentimiento y lo lograron, a los 12 y 13; desde ese momento solo se habían hecho menos separables.

Si bien al principio había sido algo turbulento por los celos de Eileen, habían terminado acordando que Viktor podría tener sus conquistas mientras no se olvidara de ella, al menos hasta que se casaran oficialmente.

A los 14 había tenido su primera novia (considerando que Viktor empezaba con prácticas de Quidditch extra curriculares), una bella omega de cabello cobrizo, una nariz salpicada de pequeñas pecas que olía a fresas, cereza y champagne que estaba de intercambio desde Ilvermorny en Estados Unidos, tuvieron un romance que casi llegó a ser una amenaza para su compromiso pero al final no representó ningún riesgo, la chica volvió después de 6 meses a su país y las cartas poco a poco dejaron de fluir; dolió el momento de su separación pero su mejor amigo siempre estuvo junto a ella, dejándola llorar en su "varonil" hombro tanto como quisiera.

A los 15 había muerto su padre una enfermedad incurable que había contraído hace 4 años, si bien no había una cura, había un tratamiento experimental que no aseguraba que fuera a funcionar del todo bien, pusieron sus esperanzas en ese milagroso tratamiento y no resultó, lo único bueno era que habían ayudado a avanzar en la creación de la cura. Su padre había muerto en una cama de hospital con su madre a su lado, mientras sus abuelos los cuidaban; su mamá se recluyó en su cuarto durante días, días en los que Aalis y Edgar Karkarov se mudaron a su casa para pasar el duelo junto a ellos.

No fue su madre o sus abuelos quienes les dijeron sobre el fallecimiento de su padre, había sido una psicomaga con quien habían tenido sesiones anteriormente, ese día fue horrible, pero ni siquiera había llorado, era... era como si sus emociones se hubieran bloqueado, no sentía absolutamente nada pero abrazaba a sus hermanos mientras lloraban.

Su mamá no era el mismo desde la muerte de su padre, había pasado de poder mantener una profunda fluida en cualquier momento a casi no hablar, enci su madre nunca había sido muy parlanchín pero se notaba cuando no hablaba por falta de ganas y cuando no lo hacía porque su mente lo mantenía cautivo. Había sido un golpe duro para toda la familia pero su padre había jurado volver como un fantasma si se ponían demasiado mal por su muerte y como todos querían que descansara en paz, se permitieron vivir su duelo, claro, pero no de una manera que los dejara sin comer durante días, sino una que los había unido más que nunca.

Y ahora estaba ahí, en algún rincón de Escocia y eventualmente en Londres, a sus 16/17 años. participando en un estúpido torneo al que solo se habían inscrito por presión social, no era desagradable estar en Hogwarts, solo estresante; la ausencia de su familia, la presión de ganar, los cuchicheos que se formaban a su alrededor por cualquier cosa, el reciente descubrimiento de su "otra familia" y la decepción con el señor Potter.

Al menos agradecía que estuviera su mamá ahí, pasando su cumpleaños junto a ella, los Malfoy, Viktor y (aunque no estuvieron muy de acuerdo pero tampoco podían opinar) Harry. Incluso había recibido un par de felicitaciones por parte del viejo profesor de Pociones que se había jactado de haberle enseñado a su madre sobre el tema y del imponente profesor de DCLAO, quien le había contado que él había presentado a sus padres en una reunión de viejos amigos y alumnos destacados. También había recibido un regalo del señor Potter pero simplemente había terminado en la pila de cartas del mismo.

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