Siempre

Capitulo 16

Estaba vagando por el castillo de Hogwarts, no tenía ganas de dormir y aún tenía que pensar en que le daría a Viktor por San Valentín, los dulces Ingleses eran distintos a los de Bulgaria y no era muy buena con las manualidades, así que eso también se descarta, quizás pedirle asesoría al señor Potter sería una buena idea.

Se asomó por una puerta y la habitación estaba vacía, quizás otra aula abandonada... ¿eso era un espejo?. Entró y se miró al espejo, llevándose un susto al ver a su padre y al resto de su familia detrás suyo, –¿Qué demonios es esto?.

–Oesed lenoz aro cut edon isara cut se onotse, ¿qué?–

–Estono es tuc arasi node tuc ora zonel deseo... esto no es tu cara si no tu corazón el deseo, lindo– con que al parecer el deseo de su corazón, era su familia, predecible.

Extrañaba el enorme cuadro que había en la recepción de su casa, uno igual al que veía en el espejo, con el detalle de que sus hermanos ya no eran bebés y su madre se veía más cansado. El cuadro era de su padre en un traje, abrazando a su madre con un brazo y colocando una de sus manos en su hombro, su madre recargado en su padre y poniendo su mano sobre su otro hombro, dejándola con sus hermanitos sentados en su regazo.

Ese cuadro era la última imagen de su padre en perfecto estado de salud, después de eso, él había viajado por negocios y se había contagiado de quien sabe que, algo que había empeorado con los años. Era triste que sus hermanos no recordaran a su padre como el hombre fuerte e indestructible con el que ella creció, ellos habían conocido a un hombre que con el paso de los años se había debilitado hasta tal punto de no poder salir de una cama de hospital.

En algún punto de toda su estadía ahí, la imagen en el espejo cambió, ya no estaba toda su familia, sólo ella de pie con su padre a su lado; –¿Qué hago?– preguntó al aire.

–Como última voluntad me pediste que no dejara que el señor Potter se acercara a mamá y luego mamá me pidió que no me acercara a él y a otras personas de quienes no he oído–

–Claro, no puedes responderme porque eres un reflejo, todavía el cuadro de tu oficina me ayudaría más pero mamá aún está bastante aferrado a ese cuadro– comentó con vergüenza.

Para ese momento, el reflejo de su padre estaba abrazándola en su reflejo, –Lo he pensado un poco, bueno, no, bastante; tu me pediste que no se le acercara y en teoría puedo hacer que eso se cumpla... y mamá me pidió no acercarme a él pero... él se me acercó a mí– se sentía como si buscara excusarse.

El silencio se apoderó de la sala y Eileen estaba bastante incómoda, no sabía cómo reaccionar ante aquel espejo mágico que la reflejaba siendo abrazada por su padre, se sentó en el suelo, en frente del espejo y el reflejo cambió, ahora solo estaba su padre sentado igual que ella; mientras que la chica estaba encorvada y mirando sus zapatos, el adulto se veía tan imponente como lo recordaba.

Se quedó callada y dejó que su mente fluyera, se había estado repitiendo compulsivamente que "estaría bien" que ni siquiera se había tomado el tiempo de de verdad creerlo, tan solo había pasado un año de su muerte, sus hermanos estaban sin un rumbo, su madre o estaba trabajando hasta caer inconsciente o estaba llorando, ella... ella se había repetido que tenía que ser fuerte para ellos, que ni siquiera se había preguntado si ¿ella estaría bien?.

El amor de sus abuelos hacia ella, era indiscutible pero... con la llegada de sus hermanos, la preferencia era obvia, antes creía que era porque ella ya estaba grande, a comparación de sus hermanos pero ahora que lo sabía casi todo... quizás no era por el tema de la edad sino por el tema de la paternidad.

Las lágrimas empezaban a fluir sobre su rostro, no quería ser rechazada por sus abuelos, quería que sus hermanos vivieran una vida tan feliz como la que ella había tenido, quería que su madre volviera a tener ese brillo único de él, quería... quería que su papá volviera y le aconsejara sobre qué hacer, ella... solo era una chica de 16 que extrañaba a su papá.