Capítulo 84: La boda

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• Running Up That Hill - Kate Bush •
"Y si yo tan solo pudiera hacer un trato con Dios, yo lo haría intercambiar nuestros roles"

No hubo intercambio entre ambas chicas, Ginny y Hermione durmieron juntas, mientras que Evelyn durmió en la habitación de Ron junto con Harry.

—Tírame un hechizo— le pidió Evelyn a Harry, ambos estaban en el patio solos —¡Tíralo! ¡No me pasará nada!—

—¿Qué se supone que es esto?— preguntó Harry confundido.

—Es un experimento social—

Harry se quedó viéndola, últimamente Evelyn estaba actuando muy raro. Y no era algo nuevo, siempre tuvo una personalidad distinta a los demás, pero Harry empezaba a sospechar que estaba volviéndose loca con todo eso de la guerra.

—¿Que el ministro viene?— balbuceó Molly —Pero... ¿Por qué? No lo entiendo— todos vieron como se acercaba a los dos jóvenes.

—Quiero hablar en privado contigo —dijo el ministro mirando a Harry —Y también con Ronald Weasley y Hermione Granger— fue lo último, al parecer no necesitaban a Evelyn.

Estaba por alejarse cuando Harry la tomó de la mano —Ven, debes estar con nosotros en cualquier momento— antes que hubiese una respuesta, el ministro negó.

—Vendrán solo a los que mencioné, señor Potter. Con ella hablaré más tarde— Harry no tuvo otra opción más que aceptar, antes de irse le dio una sonrisa a su mejor amiga.

Hermione la veía desde la puerta, no habían intercambiado ni una sola palabra. Ginny había intentado hacerlas entender que debían arreglar sus problemas hablando, pero ninguna de las dos estaba dispuesta a pedir perdón cuando no era culpa de ellas. Al menos eso pensaban.

Pasaron alrededor de treinta minutos cuando Hermione, Ron y Harry salieron de la casa. Scrimgeour no dijo nada y observó a Evelyn desde la puerta, con una señal le indicó que pasara, era su turno y no entendía porque debía ser ella sola.

—Quiero ser breve Black— empezó a hablar mientras se sentaban en los sillones, ella estaba frente a él —Dumbledore les dejó una herencia... A Weasley, Granger y Potter— Evelyn no entendía muy bien a donde iba todo eso —Por desgracia, a ti no te dejó nada—

—¿Entonces por qué estoy aquí?—

—Aún no terminó— la interrumpió —Dejó una carta, y como siempre, el ministerio debe examinar todo tipo de objetos o pertenencias que deban entregarse—

—¿Leyó la carta?— Scrimgeour asintió y Evelyn lo vió indignada, era invadir privacidad.

—Tengo todo el derecho de hacerlo, Black— dijo serio —La carta da a conocer un anillo muy valioso y poderoso, el cual te pertenece desde que naciste—

—¿Y?—

—El anillo debe ser examinado por el ministerio—

—¡No pueden hacer eso!— exclamó enojada y disimuladamente guardó el anillo que traía puesto en sus bolsillos.

—No estoy pidiendo permiso, es una orden para que me entregues ese anillo—

—Tengo que ir a mi habitación por el, si gusta esperar— Scrimgeour asintió en silencio y Evelyn corrió al cuarto.

Pero como hablamos de Evelyn Black, ¿sabíamos que no entregaría el anillo, verdad?

Bajó y le dio un anillo falso, uno de los muchos que tenía, pero obviamente no era el que le pertenecía a su madre. —Cuando lo terminemos de examinar, te lo regresaré, junto con la carta— Evelyn asintió y camino hacia la puerta, le señaló hacia afuera, indicándole que era hora de irse —Muy amable con las despedidas, Black—

Quédate GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora