Capítulo 78: ¿Quién es él?

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• Paper Rings - Taylor Swift •
"Me gustan las cosas brillantes, pero me casaría contigo con anillos de papel"

Las prácticas con Snape nunca fueron aburridas, pero interesantes tampoco lo eran. Evelyn tenía que pasar por las críticas de su profesor y repetir hasta que le saliera bien el hechizo que practicara.

—¿Cuándo dejaremos esto?— preguntó Evelyn agarrándose el cabello con una coleta.

—Hasta que note un cambio para bien en usted— respondió Snape de mala manera y la chica sólo bufó, estaba cansada y últimamente no había estado descansando como debería —La mente no es ningún libro que uno pueda abrir cuando se le antoje, sin embargo, es cierto que quienes dominan la Legeremancia pueden hurgar en la mente de sus víctimas e interpretar de forma correcta sus hallazgos... ¿Y cómo evitarlo?— Snape espero respuesta, y la consiguió.

—Oclumancia— respondió correctamente y su profesor asintió —Consiste en cerrar la mente contra la rama opuesta, Legeremancia—

Snape asintió orgullosamente, sabía que no era en vano todas sus clases extras, si servían y poco a poco se iba notando. Solo que le faltaba notar un detalle, de cierta manera estaba sobreexplotando a su alumna.

—En quinto año falló, Black... El señor tenebroso logró entrar en sus pensamientos— Evelyn asintió —Por eso hoy practicaremos la Oclumancia— Snape dio órdenes caminando hacia ella.

—¿Puedo tomarme unos segundos?—

No recibió respuesta, y mucho menos, no esperaba el hechizo que había lanzado Snape en cuestión de segundos y sin dar ningún aviso.

—¡Legeremens!— apuntó alzando su varita.

Una niña de unos siete años apareció caminando hacia el comedor, llevaba una foto en sus manos y sonreía mientras se acercaba a la señora rubia que estaba sentada.

—¿Qué haces, Susane?— preguntó con suavidad aquella señora, quien no pudo evitar no sonreír ante la imagen tierna de su hija.

—Encontré una foto en tu habitación mientras buscaba un libro— respondió al llegar.

La señora abrió los ojos de inmediato al ver de cuál fotografía se trataba, y al parecer, eso no podía verlo, o al menos, a esa edad.

—¿Quién es él?— preguntó Evelyn señalando al adulto que estaba cargándola y posaba felizmente en la foto junto con su mamá.

—Un... Un viejo amigo— respondió suspirando.

—¿Y por qué papá no está ahí?— volvió a cuestionar inocentemente, y conociendo a niños a esa edad, Aurora sabía que llegaría un momento donde tendría que decir toda la verdad.

—Porque él tomó la fotografía— mintió mientras seguía mirando con nostalgia aquel retrato.

—¿Y por qué tienes el anillo que él trae en la foto?—

—Porque ese anillo me pertenece, al menos hasta ahora— respondió, y hasta eso, era verdad.

Evelyn sólo asintió mientras le daba igual, no parecía darle importancia. Tal y como ella lo había dicho, estaba buscando un libro, y sin decir nada, se fue dejando a Aurora.

Quédate GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora