Capítulo 8

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~Tahiel~

No me extrañó que Maia faltara el día anterior al instituto por lo sucedido en el patio trasero de su casa.

Paso junto a ella al llegar al salón de clases, pero, como siempre, tiene la vista clavada sobre la mesa, probablemente perdida en su mundo.

Me intriga saber lo que hay en la mente de esa chica con cara de muñeca de porcelana, de seguro muchos secretos y cosas perversas, aunque... También debía haber dolor y sufrimiento por la muerte de su madre.

—¿Te encuentras bien? —le pregunto con voz suave— Sé que no es mi problema y tampoco tienes la obligación de responder si no quieres, pero, como tu amigo, me preocupo. —sinceramente, si me preocupa un poco la chica. No soy tan cruel como ella cree.

—¿Usando la lastima para conversar, Müller? —la oigo reír.

—No, solo quiero ser un buen vecino y un buen amigo. —argumento— no sé por qué siempre estás a la defensiva conmigo.

—¿Quieres saber cómo estoy?, Pues... estoy de maravillas, amigo. —dice irónicamente; lentamente se gira hacia mí y me da una falsa sonrisa— Ahora, sé un buen chico y ocúpate de tus asuntos. —susurra un poco más cerca.

—Vale, como gustes. —me inclino hacia atrás cuando me da la espalda.

—Ya déjala, Tahiel. —ignoro la sugerencia de Austyn porque aún tengo algo que decirle.

—Maia... —pronuncio su nombre y ella coloca su rostro de perfil para mirarme de reojo— me alegra verte hoy. —digo con total sinceridad; ella gira nuevamente su rostro al frente sin mostrar ninguna expresión ante mis palabras.

La chica es un témpano de hielo cuando se lo propone, pero hacerse la difícil nada más me causa más curiosidad y me hace querer acercarme a ella aún más. Si es una estrategia para tenerme rogando su atención, le está funcionando.

Recuerda que me retaste Maia... Tahiel Müller jamás rechaza un reto y mucho menos si se trata de una chica como tú.

                                ***

Durante  la hora de comer, no logro ver a las Brennan por ningún lado, pero nos queda una clase juntos con mi dulce amiga Maia y no me preocupo.

Austyn y yo nos dirigimos al salón de clases minutos antes de que la campana suene porque quiero esperar a Maia en el salón de clases, pero al entrar, me la encuentro en su asiento, haciendo supongo una de sus tareas como niña buena.

—¡Hey!, Maia. —la saludo junto con mi primo— ¿Qué haces aquí? —frunce el ceño y mira a su alrededor en busca de quién sabe que.

—¿Qué no es obvio? —inquiere irritada— espero a que la clase comience.

—¿Cuál clase? —sonrío porque tengo un plan en mente que estoy por ejecutarlo— ¿Acaso no escuchaste que el profesor Spinett no vendrá hoy?, Amaneció algo indispuesto. —golpeo ligeramente el hombro de mi primo para que me sigua el juego.

—Sí, escuché que tenía diarrea. —su ocurrencia me hacer muecas por el asco.

—Mier... Digo, que mal. —guarda sus cosas en su mochila y se levanta para caminar hacia el pasillo.

—¿A dónde vas? —la sigo. No puedo dejar que se me escape otra vez.

—Ryden vendrá por nosotras más tarde, así que tengo una hora libre y prefiero estar en ma biblioteca.

Su hermano siempre viene por ellas y actúa como su guardaespaldas personal, por lo que el momento oportuno es ahora, si es que quiero estar a solas con ella o, mejor dicho, si es ella acepta estar a solas conmigo.

"Voces En El Sótano"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora