Capítulo 11

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~Maia Adara~

No había podido dormir en toda la noche y el motivo de mi desvelo tenía nombre, bueno... nombres. No podía dejar de pensar en que pasaría si Ryden intervenía en nuestro plan, o si él sería capaz de matar a Kyler por mí.

Ryden motivado por los celos o por la ira es capaz de todo, pero matar no es su fuerte. Lo he visto derrumbarse por las veces en la que tuvimos que ocultar un cuerpo, y él ni siquiera los había matado. 

Espero que no intervenga, ya tengo suficiente con tener que planear todo perfectamente para no ser descubiertas esta vez, y no quiero un motivo más para preocuparme.

—¡Nos vemos luego hermano! —Melody besa su mejilla he igual Marie y bajan de jeed.

—Maia. —pone su mano sobre mi pierna para detenerme cuando estoy por abrir la puerta— ¿Recuerdas lo que hablamos a noche? —como no recordarlo si no dejaba de rondar en mi cabeza.— Por favor, se una buena chica y obedece, hermanita. —sonríe.

—¡Púdrete hermanito! —replico por su orden.

—Sonaste igual a ella, pero... —posa su mano en mi mejilla—, sé que eres mi Maia. —sonríe ampliamente— Con tan solo estar junto a ti, sé que eres tú, y no ella. —acaricia mi mejilla tiernamente mientras sus ojos parecen brillar— ¡Te quiero Adara!

— ¡También te quiero! —beso su mejilla rápidamente y bajo del Jeep para no sentirme incómoda o triste por él.

Lo quiero. Si que lo quiero, y porque lo quiero es que no puedo tenerlo y él tampoco a mí. Alejarme de él es la mejor forma de demostrarle lo mucho que lo quiero, aunque él lo vea como rechazo de mi parte, es lo único que puedo hacer y haré.

Entro al salón de clases y me siento en mi lugar, clavando mi vista a la pizarra a pesar de que el profesor no ha llegado. Siento que alguien me observa y al buscar con la mirada, me encuentro con esas pestañas largas y hermosos ojos grises en ese rostro poco expresivo, pero muy atractivo. Que me esté viendo fijamente es extraño, su mirada siempre está sobre la ventana con vista hacia el bosque.

—Recuerda, Maia. —Tahiel susurra en mi oído— aléjate de mi hermano. —advierte con cierta ira.

La vez anterior se lo había dicho a ella, pero igual me irrita tener que escuchar su advertencia. Sin embargo, trato de ignorar sus palabras porque ella me lo había pedido. Pese a eso se me dificulta hacerlo por todo lo que esta pasando tanto con Ryden, cómo con Kyler y siento como mi cabeza empieza a doler cada vez más.

Cierro mis ojos y me recuesto de la mesa para descansar. El dolor es casi tan insoportable como el chico detrás de mí y quizás recostarme para descansar un poco antes la primera clase, me hará sentir mejor.

Solamente debía cerrar mis ojos unos segundos, pero... pierdo la conciencia al caer en un relajante sueño profundo.

—¡Señorita Brennan! —una voz se escuchaba lejana dentro de mi subconsciente— ¡Señorita Brennan! —repite, pero esta vez más cerca— ¡Señorita Maia Brennan! —alza la voz y yo me sobresalto.
      
—¡Presente! —me pongo de pie; mi corazón está acelerado por el susto que me ha dado el profesor y eso empeora mi dolor de cabeza. .

—¿Durmiendo en clases? —frunce el ceño, todos comienzan a reírse.

—No, estaba meditando. —se me ocurre decir y me acomodo en mi lugar como si nada.

—¡Interesante manera de meditar! —me da una falsa sonrisa que me hace enojar— ,Ya que estaba prestando mucha atención a mi clase, puede resolver el ejercicio, ¿no? —señala la pizarra; me levanto y camino hacia ella con lentitud, mis pies se sienten pesados por la atención que recibo.—Es para hoy, Brennan. —cojo el marcador y le echo un vistazo a la pizarra.

"Voces En El Sótano"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora