Prólogo

3.7K 341 9
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





En la época vikinga, ambos géneros eran bienvenidos a la guerra, los vikingos eran feroces, brutos y protegían su honor.

¿Algunas vez has escuchado de la primera guerrera vikinga? Tal vez pienses en Lagertha o en Veborg. Pero de quién hablo es de alguien que existió mucho antes.

Eryn Gormsson fue la primera guerrera vikinga. Fue la más joven de las filas vikingas, su ferocidad en las guerras eran conocidas por todos, su valor y lealtad hacia su gente era admirable.

Pero nadie sabía que había una mujer entre sus filas.

Helheim era como la conocían, como el reino de la muerte, ella era la muerte de quienes se cruzaban en su camino.

Eryn odiaba lavar la ropa y vigilar a las cabras, odiaba ver a su padre enseñándole a su hermano mayor manejar correctamente la espada, las mujeres eran miradas en menos, como si fueran unas débiles a las que tenían que mantener.

A pesar de los pensamientos de su familia, Eryn entrenaba a escondidas. Fue la primera mujer en aprender usar una espada en su aldea, pero sus esfuerzos no fueron de utilidad, su padre jamás quiso que su hija fuera una vergüenza.

Muchos creían que las mujeres solo servían en sus hogares, y no eran más que unas débiles a las que tenían que mantener.

Escapó cuando cumplió los diecinueve años, se unió a los guerreros vikingos infiltrándose, se recogía el cabello, usaba ropa de hombre, y embarraba su rostro con lodo para que nadie se diera cuenta de su presencia, aquello duró durante cuatro años.

Eryn murió en 815 d.c. Sus compañeros de batalla quedaron descolocados cuando vieron su cabello largo y suelto, con un rostro bien femenino, pero siguieron luchando.

Así comienza nuestra historia.

Eryn fue el ejemplo para que las mujeres vikingas se revelaran. Su valentía hizo que las mujeres comenzaran a elevar las espadas y los escudos, enfrentándose a hombres y mujeres que se atrevían a abrir sus bocas.

Las vikingas nunca más se dejaron intimidar. Los hombres comenzaron a proteger a sus mujeres guerreras, algunos mirándolas con orgullo.

Con el tiempo, Eryn se volvió una leyenda.

Una leyenda que caminaba entre ellos.




Una leyenda que caminaba entre ellos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝙶𝚘𝚛𝚖𝚜𝚜𝚘𝚗² | 𝚃. 𝙳𝚎𝚗𝚊𝚕𝚒/𝙶𝚊𝚛𝚛𝚎𝚝𝚝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora