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No creo que Gun-il siquiera dejaría que eso sucediera. Su hija siempre estaría con él, ya sea en sus manos o sosteniendo sus manos mientras caminaban juntos. Simplemente nunca dejaría que su hija se fuera de su vista. Pero si alguna vez lo hiciera, entraría en pánico.
La angustia llenaría sus ojos mientras miraba a su alrededor, buscando desesperadamente entre la multitud. Su corazón latiría con fuerza, la culpa envolviéndolo como una pesada manta. Tal vez incluso lloraría por no cuidar adecuadamente a su hija en lugar de buscarla de inmediato. Sin embargo, seamos honestos, probablemente la perdería mientras jugaban o algo parecido.
Sus pensamientos se nublarían con el miedo, y su mente solo podría enfocarse en una cosa: encontrarla. El corazón se le encogería, y cada segundo parecería una eternidad.
— ¿Dónde estás, pequeña? — Murmuraría para sí mismo, casi rogando que apareciera de repente. La idea de que su preciosa niña estuviera sola y asustada en un lugar desconocido lo desgarraría por dentro.
