capitulo 20

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Mi corazón comenzó a latir a una velocidad inhumana e irregular, pero me obligué a tragar duro e inhalar lentamente.

—¿I-Iremos por él a su casa? —tartamudeé y me maldije en silencio por sentirme nervioso.

Jeongin hizo otra mueca de disgusto y disculpa y masculló—: Está dentro del Jeep. Pasamos primero por él porque quedaba de paso.

Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho y, por un momento, me sentí perdido. Abrí la boca para responder, pero no supe qué decir, así que volví a cerrarla.

—Si no quieres ir, lo entiendo... —masculló mi amigo,con la mirada entristecida.

Yo tragué saliva, intentando decidir qué sería lo mejor que podría hacer. Tenía tantas ganas de ir a aquella cabaña. Tenía tantas ganas de pasear y despejarme. ¿Realmente iba a dejar que Lee minho arruinara mis vacaciones?...

—Iré —dije, en un segundo de valentía.

—¿De verdad? —noté la incredulidad en el tono de su voz, pero me obligué a sonreír.

—Sí. Hace más de seis meses que Minho y yo no somos nada. Tengo novio, él tiene novia. Ya lo hemos superado. —dije, intentando convencerme a mi mismo de mis palabras.

Pude notar cómo jeongin me miraba con aprehensión e indecisión. —¿Estás seguro de ésto? —volvió a preguntar.

—Completamente —dije, y puse mi mejor sonrisa.

Un suspiro aliviado salió de los labios de mi amigo y yo sonreí suavemente antes de dirigirme al Jeep. Hyunjin me miró como si me hubiera vuelto loco, pero no dijo nada mientras abría la puerta trasera para que entrara. Ni siquiera me digné a mirarlo mientras subía al auto. Sabía que si lo miraba, me acobardaría y saldría corriendo.

Me tomé todo el tiempo del mundo abrochando el cinturón de seguridad y acomodando mi mochila y mi chaqueta gruesa en el suelo del Jeep antes de suspirar y mirar, de reojo, en dirección a Minho quien se encontraba sentado justo a mi lado en el reducido espacio del asiento trasero del Jeep.

Llevaba los auriculares puestos y tenía la mirada perdida en un punto en la ventana. Pude observarlo cerrar los ojos con fuerza y tragar saliva antes de dirigir su mirada hacia mí. Sus ojos cafés se clavaron en mí durante un momento eterno antes de sonreírme forzadamente y quitarse un audífono. —Hola. —saludó con aquella voz ronca que tanto me gustaba.

Pude sentir como un escalofrío me recorría la espina dorsal pero me limité a sonreírle de vuelta y decir—: ¡Hola!

—¿Cómo estás? —preguntó.

Jeongin y hyunjin subieron al auto, cerrando sus respectivas puertas. —Bien —respondí, porque era cierto. —. ¿Y tú?

—Bien, también. —asintió.

Hyunjin y jeongin nos miraban con cautela y nerviosismo, pero yo le sonreí a hyunjin y bromeé—: Más te vale que ese lugar sea tan espectacular como lo describen o voy a hacer que me traigas de regreso.

Pude notar cómo la tensión del auto disminuía notablemente y hyunjin me sonrió de vuelta mientras encendía el auto. —Es un lugar fabuloso. Va a encantarte, innie ya ha estado ahí, ¿Verdad, cielo?

Mi amigo sonrió mientras encendía la radio. —¡Es maravilloso!, la cabaña tiene una vista espectacular y está cerca de un lago.

—Un lago que está congelado en éstas épocas del año —añadió la voz ronca de Minho

Yo me volví para mirarlo. —¿Has estado ahí? —le pregunté con curiosidad.

—Muchas veces. La última vez que fuimos, me prometí a mi mismo que patinaría en ese lago. —admitió, sonriéndome.

aunque puedas verme|#2| minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora