~EPILOGO~

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Aún podía recordar aquella noche en casa de Minho cuando mi vista se había nublado con un halo oscuro. El peso de mi problema degenerativo había caído sobre mis hombros ésa noche y jamás podría olvidarlo. Me había derrumbado una vez más. Me había convertido en una masa temblorosa, llorosa y asustada y, aún así, Minho nunca se apartó de mi lado. Se encargó de mantener unidas todas mis piezas. Se encargó de devolverme a la tierra cuando mis pensamientos vagaban por lugares oscuros.

Había sido difícil aceptar lo que estaba pasándome. Llegué a odiarme. Llegué a odiar absolutamente todo lo que tenía cerca. Llegué a intentar desistir en el tratamiento... Pero siempre estaba él. Siempre ha estado él...

-¿Han jisung ? -me llamaron sacándome de mis cavilaciones.

Me vi tentado a corregirla, pero me quedé callado. La seguí por el pasillo hasta el consultorio médico.

-Tenemos los resultados... -anunció

Apreté mis puños con fuerza. Hace poco menos de 4 meses Minho y yo habíamos ido a un orfanato Estaba ridículamente nervioso. Estaba aterrorizado y al mismo tiempo, deseaba con todas mis fuerzas que el resultado fuera el que yo deseaba.

-fueron aprobados-mi corazón dio un vuelco con esas simples dos palabras.

Iba a ser papá. Iba a ser papá. Iba a tener un hijo. Íbamos a tener una familia . -¿E-Es enserio?, -mi voz sonó temblorosa a mis oídos.

Miré al doctor a través de la montura de mis aparatosos anteojos. -Felicidades -sonrió.

Y yo le sonreí de vuelta. Una extraña sensación de plenitud me inundó el pecho. No me veía a mi mismo cargando a una pequeña criatura entre mis brazos. Ni siquiera podía imaginarme jugando con un pequeño o una pequeña. Nunca había estado rodeado de niños, ¿cómo iba a criar uno?...

Mi teléfono comenzó a sonar, sacándome de mis cavilaciones. Miré el número en la pantalla y desvié la llamada para poder escuchar al médico dándome indicaciones.

No hacía más de seis meses que nos habíamos fugado y nos habíamos casado. Mi mamá y jeongin se habían enojado un mundo conmigo por haber hecho las cosas de esa manera, pero no queríamos esperar. Minho tenía un buen empleo y había comprado un pequeño departamento al centro de la ciudad. Era una locura. Había sido una completa locura, pero no me arrepentía. ¿Cómo podía arrepentirme si lo amaba tanto?... ¿Cómo podía arrepentirme si habíamos pasado toda clase de adversidades a lo largo de nuestros cuatro años de relación?...

Mi teléfono comenzó a sonar una vez más. -Hola -saludé porque ya sabía quién era.

-¿Qué te dijeron -la voz de Minho sonaba urgente y asustada. Odiaba escucharlo tan preocupado.

-Necesito decírtelo en persona. ¿Te veo en casa? -definitivamente, estaba aterrado. Habíamos acordado esperar un par de años antes de adoptar un hijo.

Me subí a la vieja Ranger de Minho y acomodé el espejo retrovisor. No podía acostumbrarme a verme con anteojos. La degeneración había alcanzado un severo grado de miopía, así que tendría que utilizar lentes el resto de mi vida, pero no había perdido la visión por completo. Podía ver. Podía ver y no cambiaría eso por nada del mundo.

Encendí el auto y conduje hasta el edificio donde vivíamos y subí las escaleras pesadamente y entré a casa. Nuestro pequeño departamento consistía en una sala comedor, una cocineta y dos habitaciones. Una de ellas estaba acondicionada como estudio y la otra era nuestro dormitorio. Vivir con Minho era una experiencia maravillosa. Ser su esposo era otra aún mejor.

Revisé mi correo electrónico y sonreí al ver las fotos que Jeongin me había mandado de sus vacaciones en la playa con hyunjin y su pequeño sunoo que ya tenía casi cuatro años. Era un niño bastante inteligente y suspicaz. Hyunjin y jeongin se habían casado un año después de adoptar al pequeño sunoo llevaban una relación muy estable.

aunque puedas verme|#2| minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora