capitulo 17

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Aquella tarde jeongin apareció en mi casa dispuesto a arreglarse. Después de ducharnos por turnos, nos ayudamos mutuamente a elegir atuendos adecuados para la noche y comenzamos a arreglarnos.

Cuando hyunjin llegó a recogernos, me sorprendió encontrar a Soobin del lado del copiloto.

—Decidimos usar sólo un auto —explicó hyunjin después de saludarnos.

Cuando llegamos al lugar, me sorprendió ver la larga fila.

—No vamos a lograrlo —mascullé al ver a todas las personas que esperaban entrar.

Hyunjin me miró como si me hubiera vuelto loco y se dirigió al inicio de la fila. De pronto, el cadenero del lugar nos hizo señas y nos acercamos.

Sin decir una palabra, el hombre nos dejó pasar.

—¡Eso es a lo que yo llamo: ser influyente! —exclamó Soobin, sorprendido.

Hyunjin sonrió, negando con la cabeza.— El dueño de éste lugar es nieto de un amigo de mi abuelo, es todo.

Yo le di un empujón juguetón a jeongin y bromeé—: Quiero un novio influyente como el tuyo, ¿Dónde lo conseguiste?

Hyunjin lo abrazó juguetonamente y dijo, besándoll en las mejillas—: No vas a encontrar otro como yo. Somos escasos.

Yo reí, rodando los ojos mientras nos adentrábamos al lugar. De pronto, la música electrónica estalló en mis oídos y mis pies comenzaron a moverse al ritmo de la música casi por si solos. Las luces de neón brillaban en la oscuridad del lugar y una chica con una peluca fosforescente en la entrada nos pintó con pintura fluorescente los brazos y la cara.

Toda la gente en el lugar estaba pintada con aquellas extrañas sustancias y mientras bailaban se formaban figuras extrañas e increíbles.

—¡Éste lugar es asombroso! —exclamó Soobin acercándose a mi oído para que pudiera escucharlo.

Él tenía un par de líneas dibujadas en la cara, también.

—¡Brillas! —exclamé juguetonamente, mientras le sonreía.

Él me regaló una sonrisa inmensa y tomó mi mano mientras me guiaba a la pista de baile.

De pronto comenzó a balancearse junto con los cuerpos y yo le seguí. El ritmo contagioso del dubstep me llenaba el cuerpo y de pronto estaba saltando y moviendo la cabeza como si hubiera bebido un litro entero de alcohol.

Jeongin se acercó junto con Hyunjin a los pocos minutos y comenzaron a bailar, también.  Bailamos sin descanso. Sólo nos deteníamos de vez en cuando para pedir algo en la barra. Hyunjin no estaba bebiendo porque sería quien nos llevaría a casa. soobin bebía sólo cerveza y jeongin y yo estábamos bebiendo unos extraños cocteles hechos a base de jugo de frambuesa y vodka.

El lugar estaba a reventar, el ambiente estaba increíble y la gente estaba bailando como si no existiera un mañana.

Me dirigí a la barra por cuarta vez esa noche y me dispuse a pedir un coctel más cuando una mano larga y delgada se interpuso en mi camino.

—Una piña colada, por favor. —dijo una voz detrás de mí.

Me giré para mirar a la persona que se encontraba a mis espaldas y me congelé en ese momento.

Hwang Yeji estaba de pie frente a mí, e iba enfundada en un corto vestido negro. Ella no llevaba ni una gota de pintura fluorescente en el cuerpo, y le sonreía a una chica casi igual de alta que ella.

El bar-tender me pasó mi bebida y yo di un trago, dispuesto a alejarme de aquella chica; y entonces, lo vi.

Minho estaba parado a poco más de un metro de distancia de mí, con las manos dentro de los bolsillos y expresión incómoda.

Maldije para mis adentros e intenté escabullirme entre la gente. Creí que lo había logrado. Me volví para mirar la distancia que había puesto entre nosotros y me congelé ante lo que vi.

Yeji enredaba sus brazos alrededor del cuello de Minho y lo atraía hacia ella con fuerza mientras que él no oponía resistencia.
Entonces, lo besó.

Sus labios buscaron los de Minho y el estómago se me revolvió por completo. Él estaba paralizado. No estaba correspondiendo su beso, pero tampoco estaba rechazándola. Cerré mis ojos con fuerza intentando aminorar el dolor de mi pecho. Intentando tragar el nudo de mi garganta. Intentando convencerme a mi mismo de que no me importaba.

Me giré sobre mis talones, y comencé a caminar, abriéndome paso entre la gente. Quería llorar. Quería gritar. Quería volver y golpear a Yeji con todas mis fuerzas.

—¡Jisung! —la voz de Soobin me hizo detenerme por completo y entonces, lo miré delante de mí.

Sin saber muy bien qué estaba haciendo, enredé mis brazos en su cuello y planté mis labios en los suyos.

Sentí cómo mi bebida se derramaba en el suelo, pero no me importó. Lo único que quería era olvidar lo que acababa de ver. Quería, desesperadamente, superar a Minho.

Los labios de Soobin eran suaves, pequeños, diferentes a los mullidos y grandes de Minho

Tras un segundo de aturdimiento, Soobin correspondió mi beso y me tomó por la cintura mientras me besaba con fuerza. Su lengua encontró la mía y el sabor a cerveza de su beso me invadió la boca. Yo correspondí su caricia, pero no había fuego. No había esa chispa... Esa electricidad que había cuando besaba a Minho

Con Soobin todo era tranquilo, suave, fácil, divertido...

¿Qué demonios estaba haciendo?, ni siquiera yo mismo lo sabía

aunque puedas verme|#2| minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora