capitulo 24

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Volvimos a la cabaña pasadas las doce de la noche.

Pude escuchar como hyunjin le preguntaba a Minho acerca de la caja de preservativos que habían comprado en el pueblo y casi me da un ataque de risa al escuchar cómo Minho, inocentemente, le decía que no sabía donde la habían dejado.

Subí las escaleras a mi habitación después de despedirme con un gesto, y cerré la puerta detrás de mí antes de comenzar a quitarme la ropa de forma mecánica. Me enfundé el pijama viejo y desmaquillé mi rostro.

Me recosté entre las sábanas, con la mirada fija en el techo de madera que se cernía sobre mí. No podía dejar de pensar en lo que acababa de pasar con Minho; en su mirada ilusionada, en su voz, la letra de su canción, sus ojos en los míos mientras cantaba, sus labios presionando mi mejilla, su sonrisa tímida y real...

Mi corazón se aceleró dentro de mi pecho ante el recuerdo y me permití a mi mismo absorber la sensación vertiginosa que se estaba apoderando de mi cuerpo. minho era la única persona que podía hacerme sentir nervioso, ansioso y tranquilo al mismo tiempo.

Me descubrí a mi mismo suspirando fuertemente antes de cerrar los ojos.

"Debes dejar de pensar en eso, Jisung. Sólo, déjalo." Me regañé mentalmente, pero era imposible.

No podía dormir. No podía dejar de dar vueltas y vueltas en la cama pensando en él. Recordando lo que habíamos vivido. Lo mágico que estaba siendo todo, y una horrible sensación de coraje se instaló en la boca de mi estómago. ¿Cómo se atrevía a ser así cuando yo estaba esforzándome por olvidarlo?... Todo era tan ridículo. Todo era tan absurdo. ¿Por qué estaba comportándose de esa manera, de cualquier modo?, ¿Por qué estaba yo permitiéndolo?...

Me levanté de golpe de la cama, decidido a ir en su búsqueda. Decidido a espetarle en la cara que debía dejar de ser de ésa manera porque estaba matándome lentamente; decidido a ponerle un punto final a ésta situación.

Caminé por la madera antes de abrir de golpe la puerta y me quedé congelado en el umbral.

Lee minho se encontraba de pie, frente a la puerta, enfundado en un pantalón de pijama a cuadros escoceses y una sudadera oscura. Mi boca se abrió, pero lo único que salió de mis labios fue un balbuceo incoherente y pude notar cómo él me miraba con sorpresa y vergüenza.

—J-Jisung—tartamudeó y pude notar cómo se ruborizaba ligeramente—. Y-Yo...

—¿P-Pasa algo? —tartamudeé yo, con la voz entrecortada y enronquecida. Me sentía ridículamente nervioso y ansioso.

La boca de Minho se abrió para decir algo, pero volvió a cerrarse de golpe. Lo miré por un instante que pudo haber sido eterno y al mismo tiempo bastante corto mientras sentía la tensión extenderse en el ambiente.

—En realidad no tengo idea de qué demonios estoy haciendo aquí—dijo, con la voz enronquecida. —, ¿A dónde ibas tú, de todos modos?

Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho, pero me obligué a mantener mi expresión serena y tranquila. —Yo... —vacilé un segundo, en busca de una mentira creíble, pero me di cuenta de que no tenía caso mentir—, yo iba a buscarte.

El ceño de Minho se frunció profundamente y se acercó un paso hacía mi. —¿A buscarme?, ¿P-Por qué? —noté el miedo filtrándose en el tono de su voz.

Yo desvié la vista, incapaz de mirarlo. Abrí la boca para responder, pero no tenía idea de qué decirle. Pude sentir cómo una mano me guiaba el rostro hasta que quedar mirando de frente a aquel par de ojos color miel que tanto me gustaba

—¿Para qué ibas a buscarme? —preguntó de nuevo, y su aliento me golpeó el rostro.

Mis ojos se cerraron casi por voluntad propia y tragué duro. —Para hablar... —dije en un susurro ronco.

aunque puedas verme|#2| minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora