Nada está bajo control cuando los secretos comienzan a pesar, las verdades buscan la salida y la desconfianza apodera mentes. El pequeño pueblo de Inglaterra jamás debió apoderarse de esos cinco chicos ¿inocentes?
O te quemas vivo o nunca exististe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A touch of risk
Una semana. Había pasado una maldita semana en la que he estado "evitando" a Spencer. No ha sido fácil porque nuestro grupo siempre anda reuniéndose y que uno no este es simplemente raro, por eso, he dicho varias excusas para no estar tan cerca de él. Eso ha sido peor, claro, ya que Gigi y Nick me rogaron que esté libre para reunirnos todos, tuve que aceptar porque no me dejaban en paz, y ahora todos volvemos a estar reunidos en la pieza de Sarah.
Desde la tarde hasta la noche que estábamos ahí. Seguíamos haciendo un rompecabezas imposible, si, las piezas son demasiado confusas.
—No lo soporto—se retira Gigi—. Me duele el cerebro.
—¿Tenías uno?
Sarah se burla y recibe una mirada furiosa de la pelinegra.
—Evie puede hacerlo junto a Spencer—murmura y la miro asustada.
—¿Qué?
—El rompecabezas.
Suspiro aliviada. Pensé que lo sabía por como dijo eso, no sonó bien. Ella continuó hablando.
—Ellos son un poco más inteligentes para eso.
—Eh, hola, estoy presente—habla Nick—. ¿Estás insinuando que no soy inteligente?
—No lo insinúo, lo confirmo—se ríe.
Oh perfecto. Se acaban de alejar para "discutir" y Sarah se levantó para mirarse en el espejo, y me han dejado de nuevo con Spencer que ahora se había acercado un poco a mí. Lo quiero cerca pero a la vez lejos, no sé como sentirme con eso, parece que no hay solución alguna. Justo cuando puse una pieza en el rompecabezas, él también hizo lo mismo y nuestros dedos chocaron ligeramente, ya sentía que me faltaba el aire. Nos miramos pero decidí cortar esto de una vez y me levanté para ir con Sarah.
Ella se retocaba el maquillaje colorido y me vio atrás.
—¿Todo bien?—pregunta sin dejar de ponerse rubor—. Estás toda roja.
—Creo que necesito un poco de agua.
—No te preocupes, abajo puedes servirte.
—Gracias.
Bajé hasta la cocina para servirme agua y poder calmar el calor que siento. Pude calmarme rápido pero al dejar el vaso y voltear hacia la salida me encontré con esos ojos azules, la respiración se me dificulta.
—Tenemos que hablar—dice.
—Ya lo hemos hablado.
Intento pasar por su lado pero lo impide y ruedo los ojos.
—Evie...
—Spencer...
No no no. Si nos seguíamos mirando mucho algo iba a pasar y no quiero eso. O si. O no. Mierda. Mi cabeza está revuelta.