JULIO.

Tierra.

     Hoy he visto tu fantasma recorriendo los pasillos,

no hallo modo de encerrarlo nuevamente en el desván.

     Conociendo mi desorden, confío que no te extrañe

que en un miércoles te escriba y otros jueves de guardar.

     Una flor pidió hospedaje en el bote de pastillas,

lleva tu sabor, tu abrazo, tu aliento y tu color.

     Y el portarretratos guarda las cenizas de tu ausencia,

y se lleva mi recuerdo tanto adiós que se olvidó.

      Julio muere con nostalgia de otro otoño en la ventana,

se hace tarde para el sueño, mejor volveré a leer.

     Tu fantasma sonriente salpicó de barro el suelo,

habrá que ponerse serio, mañana hablaré con él.

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     Hay noches que me cuesta dormir, y eso significa que voy a estar muy cansada, y que me tocará maldormir de día. Y maldormir de día trae consigo un dudar si lo que vivo es realidad o es un sueño, como una especie de semiinconsciencia que me trae imágenes de lo que no es real, y me oculta la realidad.

     Necesito que pase esta época. Porque hay un fantasma que me juega malas pasadas.