PRIMEROS CINCO DÍAS

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Marcy cayó de cabeza en el pantano, acabando en un barrizal y ensuciando irremediablemente la ropa de la escuela.
La azabache se levantó ligeramente aturdida y empezó a mirar a su alrededor. Se emocionó mucho , pese a que estaba sola y aquel pantano no era precisamente acogedor.
De todas maneras, Marcy sacó su libreta y empezó a hacer apuntes sobre la flora de la zona. Llevaba un rato en ello cuando sintió algo en su brazo. Cuando la taiwanesa Miró dicho miembro, se dio cuenta de que un mosquito de casi 6 centimetros se estaba alimentando en su brazo.
Marcy se asustó y golpeó al animal con la libreta, espantándolo.
Después del incidente, Marcy decidió intentar buscar algún ser inteligente, así que empezó a caminar mientras seguía anotando datos en su cuaderno, lo cual no la permitió cerciorarse de que la seguían.
La chica pelinegra siguió caminando hasta que el cansancio y el hambre empezaron a hacer mella.
Marcy se sentó en una piedra y rebuscó en su bolso buscando algo que la pudiera ayudar en esa situación. Profirió un bufido cuando no encontró nada más que libretas, un mechero y otros objetos no comestibles , para luego dirigir una mirada preocupada al cielo, puesto que estaba empezando a anochecer.

La preocupada chica decidió buscar cuanto antes un lugar donde dormir cómodamente, aunque lo mejor que encontró fue un árbol con las raíces deformadas, debajo del cual se escondió durante la noche.

Nada más despertarse se dio cuenta de algo extraño.
En el árbol había una espada clavada.

-Esto no estaba aquí ayer-mencionó la azabache extrañada mientras intentaba sacar el arma del árbol, y empezó a examinarla tras conseguirlo.
La espada era de un color completamente negro, y curiosamente de un tamaño adecuado para alguien como ella.

Pese a ello, Marcy no le dio mucha importancia y solo se llevó la espada con ella , debido a que el hambre se empezaba hacer insoportable para la asiática

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Pese a ello, Marcy no le dio mucha importancia y solo se llevó la espada con ella , debido a que el hambre se empezaba hacer insoportable para la asiática.

Marcy deambuló por el pantano buscando algo que se pudiera comer, pero sólo vio unas bayas con pinta de venenosas.

En ese momento, la azabache recordó una cueva que recordó haber visto el día anterior.

No había entrado porque lo más probable es que ya estuviera ocupada, pero ahora que tenía una espada se sentía muy confiada.
La asiática se dispuso a aventurarse en la cueva para encontrar algo de comer, o al menos un sitio en el que montar una pequeña base provisional

La chica encendió el mechero y procedió a entrar en la cueva. Todo estaba en silencio hasta que algo crujió bajo sus pies.

Cuando bajo la mirada, se encontró un esqueleto que todavía conservaba algunos jirones de carne semipodrida, los cuales echaban un pestazo horrible.

La taiwanesa gritó y corrió hasta la salida, donde se encontró con el dueño de la cueva, una criatura parecida a una mezcla entre un escorpión y un León.
El animal cargó contra la adolescente, golpeando con un zarpazo la cara de la niña, que apenas tuvo tiempo a preparar la espada contra el siguiente ataque del monstruo, que la derribó, además de desgarrar su maltrecha sudadera.
En ese momento Marcy sintió algo en su interior, dándole valor y energía para atacar la pata del animal, dejando un feo tajo en esta que hizo rugir al animal de dolor, que se refugió en las profundidades de la cueva.

Marcy corrió hasta el árbol deformado, escondiéndose todo lo posible a la vista de cualquier depredador.

Pese a ello, no pasaron dos horas hasta que la adolescente saliera en busca de un lago donde mirar su herida, de la que solo sabía que había dañado su ojo izquierdo y la parte respectiva de la boca.

Al llegar al lago, comprobó que la herida no era peligrosa,aunque ciertamente era fea, así que se la lavo y aprovechó para beber.

Cuando terminó de beber la joven trepó a unos árboles para conseguir varias hojas, aunque al bajar del árbol se cayó de este, haciéndose bastante daño y provocandose varias magulladuras.

Las hojas, sujetas por la manga de su sudadera fueron suficiente para hacer un vendaje provisional, y así ocupó el día, junto a la continuación de la búsqueda de alimentos, que seguía siendo infructuosa.

El tercer día se confeccionó una ballesta con ayuda de varias plantas y ramas de su entorno, y la cargó con un palo que afiló con una navaja que le había regalado Shasha el año anterior

- Nunca pensé que fuera a usar esto- nasculló Marcy, contenta de poder usar el regalo de su amiga.

El hambre era superior a la piedad, y cazó varios escarabajos de gran tamaño que encontró, procediendo a devorarlos sin apenas pensar en ello.

Una vez saciada, la chica empezó a trabajar en más "flechas", junto a algunos escarabajos para comer. Una vez hecho, la chica reemprendió el camino en busca de la civilización

El cuarto día la azabache recordó y anotó la información sobre la gran criatura, bautizándola como Scorpileo, y, al cerrar el cuaderno, la chica se fijó en la foto junto a sus mejores amigas, Anne Bounchuy y Shasha Waybright,
La chica miró el cielo melancólica y luego siguió su camino

El quinto día ocurrió algo extraño,
Una especie de salamandra humanoide de color verde se presentó ante ella.

-Tienes talento, jovencita- comentó

-¿De qué estás hablando? -Preguntó la azabache.

-Permíteme presentarme- respondió la salamandra- llámame Markus-

- ¿Qué quieres? - comentó desconfiada la muchacha.

-Ayudarte- comentó el

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Y así inicia esta pequeña aventura, amigos míos,

Desventuras de una Azabache (En Reescritura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora