Desventuras de una Azabache (En Reescritura)

CAPÍTULO 1 (Reescrito)

Capítulo 1: Los primeros días

Repentinamente, Marcy se encontraba cayendo a un lodazal, irremediablemente ensuciándose la ropa y la cara.

Algo aturdida y confusa por todo el barro en su cara, la joven sacudió la cabeza, eliminando suficiente cantidad del molesto barro como para poder ver...

Nada más darse cuenta donde estaba, Marcy se incorporó como un rayo, con los ojos brillando de alegría. Lo había logrado, ¡¡la caja había funcionado!!.

Aquel lugar era completamente como uno de sus juegos RPG, ¡¡el clásico pantano oscuro y malrollero que los héroes debían superar!!.

Pero parte de su alegría se desvaneció al darse la vuelta...se encontraba sola, no había ni rastro ni de Anne ni de Sasha.

Pese a eso, se mantuvo optimista y comenzó a caminar sin dirección concreta, esperando encontrarlas pronto.

- Seguro que han caído cerca, no hay naaaada de que preocuparse - se dijo la azabache a si misma, confiada.

Siguió caminando, esquivando por pura suerte peligrosos charcos de lodo, ramas caídas y muchos otros peligros.

Llevaría un par de horas andando cuando la chica decidió pararse a descansar, agotada de "tremenda" caminata.

- Woah...debo de llevar cientos de kilómetros...la salida no debería estar lejos -

Una mirada a su alrededor, y su preocupación se elevó al ver el sol comenzando a esconderse.

- Todos saben que en los videojuegos las noches son peligrosas, debería buscar refugio - se dijo Marcy a si misma, sin notar que seguía sin haber nadie con quién hablar.

Preocupada, la estudiante buscó minuciosamente, encontrando finalmente una cueva.

Sin ningún otro lugar al que ir, Marcy entró a la cueva, utilizando la linterna de su móvil para iluminar el camino.

La cueva estaba repleta de esqueletos, lo cual no hizo sentir muy cómoda a la estudiante, que tragó saliva y continuó explorando la cueva.

- Ahora que lo pienso - La joven se detuvo en seco - está claro que aquí hay algo peligroso, así que no es muy lógico que me siga adentrando en la cueva... -

Algo triste de no poder investigar más a fondo, la chica se dio la vuelta y comenzó a caminar de vuelta hacia la entrada, mirando atrás a menudo para asegurarse que no hubiera nada tras ella.

A unos metros de la entrada de la cueva, un gruñido captó su atención, una gran criatura con vibras de lobo, pero con una tupida melena y una larga cola de escorpión se encontraba frente a ella, mirándola con sus múltiples ojos.

- Uh oh... -

La criatura lanzó un zarpazo, que Marcy apenas pudo esquivar echándose hacia detrás, para luego darse media vuelta y salir corriendo, sujetando el móvil con todas sus fuerzas.

La criatura la alcanzó rápidamente y la golpeó con su pata, haciéndola caer y perder el móvil.

La criatura siguió golpeando a la joven con la pata, zarandeándola de un lado a otro, jugueteando con ella antes de matarla.

Afortunadamente, la criatura se detuvo un momento a olisquear el aire, nerviosa, lo cual dio tiempo a Marcy de escurrirse bajo las raíces de una árbol cercano, vapuleada pero viva.

La criatura híbrida gruño a un lugar concreto, que le devolvió el gruñido, aterrorizando a la criatura híbrida que salió huyendo.

Escondida entre las tupidas raíces, la joven asiática vio una sombra, de alguna criatura parecida a un gran reptil, siguiendo el rastro de la criatura huida,con pasos meticulosos y medidos, con su larga cola, terminada en dos peligrosos pinchos, sacudiendo el aire amenazadoramente.

Su respiración se detuvo al ver semejantes criaturas, y no pudo respirar tranquila hasta asegurarse de que aquella cosa se hubiera marchado

Con pocas o ninguna otra opción, Marcy se vio obligada a dormir entre aquellas raíces, sobre un suelo embarrado, húmedo y lleno de insectos.

Al día siguiente, despertó con bastante sueño, alenas habría dormido unas tres o cuatro horas de sueño agitado.

Suspiró y se arrastró fuera de las raíces, para comprobar que todas sus cosas estuvieran bien, incluida la foto en la que ella se encontraba junto a sus mejores amigas, Anne Bounchuy y Sasha Waybright.

- Seguro las encontraré pronto...solo espero que estén bien -

Con un suspiro de motivación, la chica retomó el camino, decidida a encontrar a sus amigas.

Pese a eso, las horas pasaron, y el paisaje ni siquiera cambiaba un poco, comenzando a desmotivar la poco a poco.

Pero finalmente, tras varias horas de marcha que a Marcy, no muy buena en todo lo que sea actividades físicas, le pareció una eternidad, encontró una cabaña, la cual se encontraba con la puerta abierta.

Pensando que la cabaña estaba abandonada, la chica entró directamente, para encontrarse con un lugar relativamente amueblado, todo en una única sala.

Dio un par de pasos adentro de la cabaña, dispuesta a toquetear e "investigar" todo, pero de repente, una potente y enérgica voz tronó tras ella.

- ¡¡Oye!! -