INTENTANDO LO IMPOSIBLE

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Si leistes el final del anterior capítulo, el mañana de Markus fue un error xD

Markus sabía que era imposible que la niña fortaleciera su carácter, debido a su poca capacidad de concentración y sus constantes despistes, que terminarían costándole la vida. Pero intentaría algo.

Sabía por donde empezar. Mientras la niña dormía, la salamandra preparó una mezcla compuesta por varios tipos de escarabajos y miel de Hienabejas, y la depositó fuera de la cabaña. Luego, caminó durante unos 20 minutos y llegó a una estructura, que funcionaba como un establo para su gran ciervo volador de combate, Kyle. La salamandra se montó en este y voló. Rumbo.... Desconocido

POV: Marcy

Un rugido me sacó de mi sueño, obligándome a levantarme lo más rápido que pude del camastro, aunque terminé en el suelo sin siquiera saber cómo. Agarré mi espada y salí dispuesta a acabar con aquel molesto "vecino".

El animal era al que ya me había cruzado, pues tenía una herida en la pata delantera. Ese es el momento me di cuenta de que me debería de haber escondido, pero era tarde. El scorpileo se lanzó contra mi brazo. Aunque pude esquivarlo, un segundo ataque me dio en la espalda con el aguijón, con suerte de que lo que engancho fue.... El diario.

La foto de mis amigas flotó en el aire.
Una furia ciega se apoderó de mi, probablemente esa cosa había matado a Markus, mi único amigo en ese mundo.
El animal volvió a atacar, pero yo conseguí cortarle la pata, me deslizé por debajo de el animal y le clavé la espada en el pecho matándolo. Me sentía agotada, pero emocionada, así que recogí mi diario y empecé a anotar más datos sobre aquel animal, luego, entre en la cabaña de Markus y me fijé en la nota de la puerta.

Siento haberte abandonado, niña, tienes comida en las despensas y un campo de entrenamiento cercano, me he ido a un pueblo cercano.
MARKUS.

Me alegré de que Markus estuviera bien, pero tenía que pensar en mi estómago. Abrí la despensa y devoré lo primero que pillé sin siquiera molestarme en mirar que era para no morirme del asco. Supongo que aún no estoy lista para comer insectos como si fuera normal.

Un par de horas después recordé de que antes de ser transportada a este extraño mundo yo llevaba una mochila, así que supuse que me la habría olvidado en el lugar donde caí. Era importante, pues ahí llevaba un pantalón vaquero que me ayudaría bastante más que mi desgarrada falda.

Dicho y hecho, la joven emprendió el camino al lugar donde había aparecido. La chica había dibujado un mapa, así que no habría problema. Cuando llegó a la zona en la que cayó, la asiática empezó a rebuscar en el barro hasta que encontró su mochila, la cargó y volvió a la cabaña de Markus.

Nada más llegar procedió a cambiar su falda por un pantalón vaquero de color verde, su favorito, y a revisar su mochila, en la que había varios libros de la escuela y varios cachivaches, destacando una linterna a la que le podría sacar buen provecho.

Una vez hecho esto, la joven empezó a registrar la cabaña en busca de algo entretenido, lo cual encontró en una alacena situada encima de la cama de Markus, la cual estaba llena de pociones.

La emocionada humana cogió una al azar, salió de la cabaña y le tiró la poción al cadáver del scorpileo, que se desintegró en segundos, dejando a la taiwanesa gratamente sorprendida. Pese a esto, apenas paso una hora antes de que Marcy se aburriera, pues las pociones no son divertidas sin un conejillo de Indias.
El resto del día se lo paso caminando de aquí para allá, aunque en cuanto el sol bajó la muchacha no tardó en dormirse.

Mientras dormía, recordó algo, hurgó en su mochila y encontró un bote de pastillas de Clozapina y se tragó una sin pensar.

No la había visto desde que había llegado, pero era mejor no arriesgarse a que ella volviera. Intentó dormir, pero al no conseguirlo decidió obedecer las recomendaciones de Markus y entrenar un rato con aquella bonita espada.

El campo de entrenamiento estaba especialmente bien cuidado, siendo una plataforma de 10x10 metros de una piedra lisa y sin apenas brotes de hierbas creciendo en esta. El resto de la noche se la pasó entrenando, y no fue hasta que empezó a amanecer que volvió a la cabaña a desayunar algo.

Rebuscando en la despensa encontró un bonito pastel, del que cortó una porción, que se le antojó delicioso, pese a la pata de grillo que había apartado delicadamente.

Unas horas antes del mediodía Markus volvió con un par de bolsas.

La chica se apresuró a echarle una mano

-¿Qué es todo esto, Mark? - Pregunto curiosa la asiática.

-Provisiones para los dos, y ropa y algo de protección para tí- respondió la salamandra moteada dándole uno de los paquetes.

-¿¡De veras esto es todo para mí!? - Exclamó emocionada la azabache- Eres un amor, ¿Lo sabías? - añadió dándole un abrazo a la salamandra.

-No te pases niña- Replicó la salamandra escapando del abrazo- Aún aprecio mi espalda- siguió mientras sonreía.

Markus intentaba parecer arisco y serio ante la muchacha, pero la emoción y agradecimiento de esta superaba su fino caparazón.

Una vez colocados las bolsas, la salamandra sacó varios objetos de esta.

Una capa Azul marino, con capucha incluida, unas rodilleras y unas coderas, pues Markus ya se había percatado de la torpeza de la niña, que acababa de tropezarse con el escalón de la cabaña

-Estoy bien- masculló la joven mientras se levantaba, para poder probarse inmediatamente la capa.

- Es.. ¡¡PRECIOSA!! - gritó emocionada la azabache.

- Tiene un propósito- Dijo Markus.

-¿Cuál es? - preguntó la chica.

-Mira, en el pueblo en el que estuve, Wartwood, vi a un tipo esconder una caja extraña con pinta de valiosa, así que quiero verla más de cerca y....

-¿Vas a robarla, verdad? - Preguntó Marcy riéndose.

-Correcto, así que quiero que me acompañes. Tendrás que llevar la capucha puesta en todo momento, y yo te diré en todo momento qué hacer- Explicó Markus acercándose a ella- ¿Entendido?

-¡Alto y claro, señor! - contestó Marcy adoptando una pose marcial y luego romper en risas.

- De veras que no te comprendo- comentó Markus mientras miraba a la joven- Ponte las protecciones y vámonos a ello- Exigió

-Entendido- exclamó la risueña chica.

1030 palabras

No está mal

Desventuras de una Azabache (En Reescritura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora