Mi amiga saluda con entusiasmo a una chica que se encuentra detrás de la barra. Lo primero que me llama la atención es su pelo, lo lleva teñido de un color azul eléctrico precioso, ese color hace resaltar sus ojos color chocolate. La chica parece joven, más o menos calculo que sea de nuestra edad o puede que tenga algún que otro año más. La chica le devuelve el saludo de la misma forma a mi amiga, pero cuando me mira a mí, abre los ojos sorprendida y deja de sonreír, algo que no me gusta nada, sé que dicen que a veces las primeras impresiones definen la relación entre dos personas y por la forma en la que me mira creo que no la voy a caer nada bien. Al contrario del entusiasmo que le ha dedicado a mi amiga, a mi simplemente me saluda con un asentimiento, tan seria y asustada que parece que ha visto a un fantasma. Cassidy tira de mi mano para acercarnos a la barra.
- Vaya, me resulta raro que llegues media hora antes, Cass. -la chica sonríe dulcemente.
- Siempre soy puntual. -se queja mi amiga. Tanto la chica como yo nos reímos por lo bajo sabiendo que eso no es verdad- Esta es mi mejor amiga Kaisha. -me presenta.
- Hola. -sonrío timidamente. No sé por qué me siento pequeña ante la mirada de la peliazul.
- Así que tú eres la famosa Kaisha. -frunzo el ceño- Es un placer conocerte. -me tiende una mano para estrecharla, pero no me dice su nombre.
Yo dudo un segundo antes de estrechársela y cuando mi mano toca la suya siento algo extraño, es como un pequeño calambre, pero no es doloroso, al contrario, es reconfortante, siento paz y algo más extraño que no puedo explicar. Abro los ojos sorprendida y la miro asustada, ella también parece un poco extrañada pero no tanto como yo. Estoy segura de que ella ha sentido lo mismo que yo, pero no dice nada, simplemente sonríe y retira su mano, yo me quedo un rato más mirándole, lo que acaba de pasar es algo que no puedo explicar, es como si una pequeña descarga me hubiera atravesado de pies a cabeza en el momento en que la he tocado, ha sido como cuando alguien te da un calambre debido a una corriente eléctrica, pero esta vez he sentido más cosas que un simple calambre. Ha sido la cosa más rara que jamás me ha pasado.
- Me has dado calambre. -la chica se frota la mano mientras sonríe. La sonrío de vuelta- Bueno chicas, ¿listas para empezar?
- Sí. -decimos Cassidy y yo al unísono.
- Pues seguidme. -eso hacemos, la chica nos lleva hacia una puerta que se encuentra en la parte izquierda de la barra- Este es el vestuario.
Cuando termino de entrar, estudio el lugar. Parece mucho más grande de lo que de verdad es, las paredes están pintadas de blanco y puede que por eso parezca más grande, hay varios lavabos con espejos en la parte derecha y una fila enorme de taquillas en la izquierda. En algunas de ellas hay pegatinas con nombres de lo que supongo que son los empleados, otras no tienen nada, por lo que imagino que están vacías. Ando por el lugar para poder examinarlo mejor. A parte de las taquillas y de los lavabos, hay duchas y váteres. Tengo que admitir que para ser un bar, estos vestuarios están más limpios que mi propia casa, algo que por muy raro que parezca me hace sentir cómoda.
Me acerco a las taquillas para ver bien los nombres y así poder familiarizarme con los nombres de las personas con las que voy a trabajar porque aunque no les conozca, qué menos que cuando me los encuentre haya escuchado sus nombres, la primera taquilla que miro es de una tal "Jamie", su taquilla es de un color azul y está llena de pegatinas de nubes y estrellas, seguro que el dueño de esta taquilla quería reflejar el cielo durante la noche. Acerco la mano para tocar las pegatinas pero una voz hace que pare en seco.
- Veo que te gusta. -miro a la chica.
- ¿Es tuya? -ella asiente- O sea que tú eres Jamie.
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Destino
FantasiCuando todo aquello que siempre has creído que eran simples historias no lo son, que todo va más allá de la realidad, que todo lo que creías imposible es posible... Cuando tu vida no es en realidad lo que es... ¿Qué harías? ¿Huirías? ¿Afrontarías...