Capítulo 4

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P.O.V:Chay


Estaba sentado en la cama aún somnoliento, me acababa de despertar y usualmente duraba unos 5 minutos mirando a la nada para poder "regularme".

Levanté mi teléfono al ver que la pantalla se había encendido debido a una notificación.

📱:Buenos días. Recuerda que iré a buscarte para que vayamos juntos a la escuela.

No me sorprendió ver aquel mensaje. Macao se dedicaba a pasarme a buscar de lunes a viernes para ir a la escuela. Desde aquel día en el cine las cosas van bien entre nosotros. Nos hicimos más cercanos.

Solemos comer juntos en el receso y su guardaespaldas nos lleva a casa a diario. En cuanto a Kim, creo que ya no duele como antes. Irónicamente, luego de una semana su existencia no es tan relevante.


Aunque de vez en cuando pienso en él... Supongo que es lo normal. No puedes olvidar por complejo a alguien

He evitado escuchar su música a toda costa y toda la merch oficial que tenía de él la tiré... Bueno, la guarde en el sótano; Después de todo, costaron demasiado caras como para tirarlas.... Tal vez sea eso o el hecho de que es lo único que tengo sobre él.

Independientemente de la razón, no planeo botarlas

—Chay, ya es tarde. Macao viene por tí a las 7— Gritó Porsche logrando que saliera de mis pensamientos

—Si, ya lo sé — Respondí


📱:Está bien. Te esperaré—Por fin me digne a responder el mensaje de macao

Me levanté de la cama y me dirigí al baño para tomar una ducha

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—Macao ya tiene 15 minutos aquí y aún no has salido ¡Por tu culpa llegarán tarde los dos!— Vocifero Porsche

—¡Ya te escuché! y por milésima vez ya voy— Respondí con el mismo tono, haciendo énfasis en las dos últimas palabras

Bajé las escaleras y me encontré con macao sentado en el sofá, y de nuevo, como era de esperarse, su radiante sonrisa fué lo primero que pude notar, pero hoy había algo extraño... No traía mochila, me llamó un poco la atención, sin embargo, solo decidí ignorarlo.

—Desayuna algo antes de irte— Ordenó Porsche señalando la comida que había en la mesa

—No tengo hambre y ya es tarde.— Respondí

—Vámonos macao— Comenté, mientras caminaba hacia la puerta

—Oh, no. No lo harás— Inmediatamente estas palabras salieron de la boca de Porsche, cuatro de sus guardaespaldas se opusieron frente a cada una de las posibles salidas

"No puedo creer esto" pensé

Miré a Porsche esperando que le ordenara a los guardaespaldas que se movieran, pero no lo hizo

—De aquí no sales sin desayunar

"Genial, ahora tendría que tardar 2 horas comiendo y por mi culpa Macao llegará tarde"— Seguía balbuseando en mis pensamientos

—Esta bien Sche. Yo le compraré algo en la escuela— Interrumpió macao

Al Porsche escuchar esto inmediatamente se relajó. No lo puedo creer. Estaba negado a dejar que me vaya con el estómago vacío hasta que escuchó a Macao.

mentiras blancasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora