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~•Narra Kena•~

Miraba el techo de la habitación, no tenía nada mejor que hacer que mirarlo, me sentía inútil, y sobretodo temía por morir. Tantas ganas de hacerlo que termine teniendo miedo, pero si lo único que quería era morir en paz. Algo que me desapareciera de la vida de Izana.

Me duele cada vez que sufro por él, si solo no lo hubiera conocido, si no hubiera ido a esa institución nada de esto abría pasado, aunque si no lo hubiera conocido seguiría siendo acosada y mis padres no me cambiado de instituto por una "estupidez".

Aveces yo misma dudo que mis propios padres me quisieron alguna vez, tal vez por eso me sentía tan protegida por Takemichi, eso hasta que pasó la desgracia.

~Flash back~

Kena salía de su hogar algo apresurada, pues hoy iba tarde y no quería retrasarse más de la cuenta.

Corría por las transitadas calles de Yokohama para llegar al instituto, odiaba traer falda consigo, todo por el estúpido viento que levantaba su falta a más no poder, caso que la incómodo por completo y más por aquel grupo de estudiantes que se le acercaron para molestarla.

- Hola linda, adónde tan sola - dijo el líder de aquel grupo colocando su brazo por los hombros de Kena.

La pelinegra se mantenía estática en su lugar, se sentía realmente incómoda y más por estarla tocan, no era la primera vez que sucedía, pero si la que Izana pudo salvarla de esos asquerosos estudiantes.

- Idiota suéltala - el moreno se empezó a acercar a aquel grupito con el ceño fruncido. No solo le enojaba que estuvieran tocando a su conquista sino que anteriormente había tenido problemas y no estaba de humor para soportar nada.

El rubio se giró para ver a Izana, quien al ver que estaba enojado solo sonrió con arrogancia.

- Agh, eres tú Kurokawa - dijo con una mueca de disgusto - ¿Ahora que quieres de MI novia? - empezó a hacer señas con sus dedos.

Izana solo se burló de él y empezó acercarse al rubio para quitar a la fuerza su brazo de los hombros de Kena, esta al ver que ya no había nada que la incomodara solo suspiró pesadamente y miró al moreno. Izana había terminado de amenazar aquel grupito, todos salieron corriendo ante tal amenaza dejando al moreno satisfecho, Izana se acercó a Kena con una sonrisa en sus labios, causando que la pelinegra se sonroje un poco.

- Gracias... Izana - dijo desviando la mirada.

- No hay de que, cariño - la tomó del mentón - cuenta conmigo para lo que necesites, si esos idiotas te vuelven a acosar los mataré.

- C-Creo que matar es una palabra fuerte - comentó apenada.

Izana rió por aquel comentario, en cierto punto él mataría si se trataba de ella, él ocultaba gran cantidad de cosas y todo lo revelaría cuando llegue el indicado momento. Él le abriría los ojos aunque fuera hiriendo cada parte de su ser.

~Fin del Flash Back~

Me levanté de la cama en dirección al baño, Izana había salido hace media hora y no sabía si regresaría ahorita, aunque imagino que no le importa verme las 24 horas del día.

Al entrar lo primero que hice fue verme en el espejo, ahí note la gran marca en mi cuello, la mano de Yaki quedó marcada ahí. Era horrible.

Me sentía débil, siempre tenía que ser salvada por otros porque no puedo hacerlo yo misma, siempre tenía que estar al lado de alguien más para no sentirme sola, pero siempre corría peligro con ella. Nunca estaré a salvo si de eso se trata, solo quiero desahogarme y sentirme tranquila. Solo por una vez.

Salí del baño y me acosté en la cama para mirar el techo nuevamente, me quedé pensando por tanto tiempo que había ignorado la presencia de Izana por completo, al sentirme incómoda por la mirada profunda de él, decidí en mirarlo, pero vaya sorpresa la que me llevé, no era Izana, sino ese traidor.

No sé que le hice para que fuera así conmigo, me engañó solo pura diversión y ahora viene a burlarse de mí por ello.

Me giré para darle la espalda, cosa que después sentí una respiración caliente en mi ojera, empezando a susurrar cosas realmente incómodas.

-Que hermosa posición, cariño -rió con arrogancia -mi querido hermano siempre obtiene lo mejor y eso es detestable, ¿Por qué mejor jugamos un rato?

Después de eso sentí como el giró mi cuerpo quedando abajo de él, Manjiro en su posición me miraba con superioridad como siempre lo hacía, tomó mis manos y las colocó arriba de mi cabeza sosteniandolas con una de las suyas.

Forcejeo su agarre para que me suelte, no quiero ser violada por él y tampoco darle el gusto alguien más de hacerlo.

Empecé a gritar para que alguien me escuchara y así fue, pero no pensaba que Izana iba llegar. Estoy en problemas.

Vi como Mikey se separó de mi y miró a Izana- con una sonrisa, mi respiración estaba entrecortada, trataba de calmarme para que no me diera algún ataque de asma ahora, no tenía medicamento para tratarlo y era mejor prevenir esa estupidez.

A como pude caminé hacia el baño y me mantuve ahí hasta que no escuché gritos provenientes de los dos, después de un tiempo la puerta del baño se abrió dejando a la vista la figura de Izana, él solo me miró por unos momentos y me abrazó extrañamente.

Por poco pensé que iba a gritarme como siempre lo hacía, pero no sucedió, escuchaba suaves sollozos de su parte y pequeños murmullos que decía.

Dude en corresponder el abrazo, pero algo dentro de mi me decía que lo hiciera, no importa lo que haya hecho tenía que entenderlo, y por una vez en mi vida pude hacerlo. Lo abracé así acariciando su cabello cenizo mientras que Izana había recostado su cabeza en mi hombro.

No entendía su actitud, se supone que debería estar enojado, y capaz de haber matado a su hermano, pero no fue así, él me abraza y llora por una extraña razón, la cual desconozco.

- Kena... No te alejes de mí - su abrazo cada vez me estaba asfixiando - si lo haces te torturare hasta matarte, tal como lo hice con tu amiguito.

- Aléjate...

- Vamos cariño, sabes muy bien que tú tímida expresión siempre me hace sentir mejor - lo dijo mientras reía, soy una idiota, siempre de ingenua caigo en su trampa.

¿Cómo lograré escapar si Izana sigue haciendo eso? Es enfermizo.

- Yaki está muerta, ahora seguramente está siendo el manjar de los peces ¿Grandioso no? En fin, arreglate, saldremos un rato - Izana se separó de mi y salió del baño dejando mi horrenda existencia en soledad.

Caí desplomada al frío piso, salí de mi especie trance y solo sentí como lágrimas caían por mis mejillas, odiaba esto, ya no quiero sufrí más, porque tengo que vivir esta vida de mierda, yo no pedí esto y jamás lo busque. Simplemente quiero un momento de paz, quisiera quedar en el olvido y consumirme en soledad, pero únicamente lo que siempre pasa es lo contrario a eso, invadida por el miedo hacia Izana, él es un psicópata quien ansia atrapar a su presa, mientras que yo solo soy una persona ordinaria a la cual tarde o temprano tendrá que ser casada.

No podría hacer algo para evitarlo ¿Este es mi destino? No tengo porque cambiarlo.





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Gracias por leer hasta acá, nos vemos en el próximo capítulo
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~Smailer-Shimura

AMOR DE PSICÓPATA | 𝑰𝒛𝒂𝒏𝒂 𝑲𝒖𝒓𝒐𝒌𝒂𝒘𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora