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•Narrador omnisciente•

Después de aquel suceso todos pensaron que Kena y Izana habían muerto, dejando de lado su búsqueda por tanto tiempo en aquel acantilad, pero eso no quería decir que no habrían problemas de por medio. Aquella vez dónde Sanzu fue en busca de la mujer y acabar con la vida de Izana pudo "cumplir" una misión, pero la otra fue la gota que derramó el vaso.

Mikey estaba furioso por no encontrar a la mujer que amaba o se había obsesionado años atrás, él se había prometido buscarla y amarla más que su propio hermano, sería una locura, pero lo había prometido y no se daría por vencido hasta encontrarla.

Mientras con Izana y Kena era otra historia, estos de milagro salieron de aquel lugar, con ayuda de los hermanos Haitani's, quienes habían traicionado a Bonten, o bueno, a Mikey, después de todo, Izana era el líder, pero ahora con su "desaparición" Mikey había tomado el liderato.

- ¿Y bien? ¿Qué ha pasado en estos últimos meses? Kena no despierta ¿No? - preguntó Izana mirando el mar desde aquella casa playera, había traído a Kena a Manila, lugar donde había nacido y dónde viviría por ahora. Sería una locura si vuelve a Japón con Mikey cómo líder de su organización, ahora todo había dado vueltas y no podía mover sus cartas con Kena mal.

- El pasar mucho tiempo en el agua afectó sus pulmones, Izana, tal vez ella no sobreviva, está en un coma, pero ha durado mucho, tal vez ya hay que desconectarla... Ella no va a despertar - comentó Kakucho con voz tranquila, aunque por dentro estaba asustado.

- Era mejor tirarme con ella que entregarla a Manjiro, moriría si los viera juntos... Kena ahora es lo único que me queda Kakucho, tengo que hacer algo para que regrese... Me siento vacío sin ella.

- ¿De verdad la quieres? - preguntó con ironía notoria - espero que está vez no sea para tus juegos estúpidos Izana... Sabes, yo iba a ayudarla a escapar, pero ella decidió darte una oportunidad, espero que no le falles está vez.

Salió sin nada más que decir, dejando a Izana mirando al suelo ¿De verdad la amaba? ¿Por qué mentiría en eso? Kena era su mundo entero, tal vez sus acciones no fueron las correctas, pero él cambiaría para ser digno de ella.

***

•Narra Kena•

Mi cuerpo dolía, mi cabeza daba vueltas y solo escuchaba un pitido de fondo, el lugar era completamente frío, gire un poco mi cabeza, había una máquina a mi lado, esta sincronizaba mi estado de salud, era normal seguro.

Mi mente estaba borrosa, era poco lo que recordaba, no tenía ni idea de lo sucedido conmigo, pero quería descubrirlo, quería saber porque estaba en un hospital... ¿Izana estaba bien?

Suspiré y volví a recostarme en la camilla, con la vista directa al techo, quería recordar lo último que me había sucedido para terminar aquí, no tenía ninguna herida en mi cuerpo, o no las había visto, pero mi pecho, mi respiración era entrecortada, mi pecho dolía al hacer esa acción. Era extraño.

La puerta a mi lado se abrió lentamente, de ahí entró Kakucho con lo que parecía una aguja y una bolsa de suero en una bandeja de plata, él al verme la dejó caer de golpe, haciendo que el ruido tuviera eco en la habitación y rápidamente salió de aquí.

Quise detenerlo, pero al tratar de hablar me costaba un poco, sentía carrasposa mi garganta y ardía, así que evite esforzarme en ello.

La puerta volvió a abrirse, pero está vez fue con brusquedad, miré sorpendida a Izana, quien al verme corrió hacia mí y me abrazó fuertemente.

Por un momento me sentí especial, como si él fuera una parte de mi vida, como si estando a su lado estaría segura, pero por un impulso lo alejé rápidamente.

- ¡Alto! No me abraces Izana - dije con algo de incomodidad, él solo asintió y dió unos pasos hacia atrás...

Le ordenó a Kakucho salir de la habitación, quedando solo nosotros dos, con un silencio algo incómodo y el ambiente tenso.

Suspiré pesadame y miré a Izana, él estaba cabizbajo, jugando con sus manos aún sentado a mi lado, se veía nervioso y algo decaído, eso me hizo no querer estar más en silencio así que hable.

- ¿Y bien?... ¿Cómo estás? - pregunté nerviosa.

Izana me miró y sonrió de lado acercándose poco a poco a mí, pero frenando de repente.

- ¿Puedo abrazarte? - preguntó - ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo hice, de verdad te he extrañado mucho... No sabes cuánto - rió desanimado aún con su vista fija en mi persona.

Tragué saliva, extendí lentamente mis brazos y él me abrazó de golpe, su respiración chocaba en mi cuello, empecé a escuchar sollozos de su parte, hasta que las lágrimas humedecieron mi cuello por completo. Ahora a la persona que tenía a mi lado era aquel Izana que tanto conocía, el débil y tranquilo, ese era el que ahora envolvía mis brazos.

- ¡Lo siento tanto Kena! Perdón por actuar como un idiota, por hacerte tanto daño por todos estos años, la verdad yo te amo demasiado, no quiero perderte, ahora tú y Kakucho son mi única familia. Moriría si llegan a separarse de mi lado, yo lo haría - me miró con los ojos rojos y nariz del mismo color, verlo tan ¿Vulnerable? Me hizo sentir mal... Ya ni sabía que decir al respecto, toda mi persona quería huir de él, pero ahora simplemente ya no sé si en verdad me quiero ir.

Yo quiero cuidarlo al él, tal y como Izana había comentado, yo no tengo ningún lugar en este mundo, él me hizo un favor, quitando del camino a aquellas personas que me hicieron tanto daño, tal vez fue por egoísmo, pero me daré otra oportunidad de amar, por el tiempo que me queda.

- Tranquilo, no hay razón para llorar, no te asustes... Yo... Yo creo que te estoy empezando a amar - siseé, él se quedó paralizado ante mis palabras, eso hizo que me besara de golpe, al principio no correspondí ante ello, pero me dejé llevar.

Nuestros labios hacían movimientos lentos, íbamos al compas de nosotros mismos, haciendo que nuestros labios encajaran perfectamente.

Nuestras lenguas jugaban, haciendo más húmedo lo que fue un tierno y lento beso, ahora se había convertido en un beso salvaje y brusco. Lo peor de esto es que me había gustado.

Izana se separó de golpe y me miró enternecido, me confundí y solo bajé la cabeza con vergüenza.

- ¿Encerio quieres seguir con esto? No quiero que vuelva a pasar lo de aquella vez, Kena, no lo puedo permitir - me tomó del mentón haciéndome mirarlo fijamente.

- Esta vez tienes mi consentimiento, Izana... Yo lo acepto - sonreí nerviosa.

Y rápidamente unió nuestros labios.

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Gracias por leer hasta acá, nos vemos en el próximo capítulo
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Lo siento por no actualizar ayer, pero sucedieron cosas que no me esperaba para nada y como su quería Autora es medio idiota... No medio, MUY idiota volvió a caer en tentación de la persona menos indicada, me la pasé pensando y hablando con esa persona como los viejos tiempos, pero aún me siento estúpida por la simple razón que me siento manipulada ahhh! O me hicieron un amarre pero del bueno... En fin aquí les traigo el capítulo con una pequeña, diminuta sorpresa y con la advertencia que el capítulo que viene estará candente.

Y avisando que si nos les pareció como querían, me perdonen, soy muy chafa para escenas así, pero mejórare tranquilos.

Bueno, aquí los dejo, gocen la lectura porque aquí me desaparezco como en dos meses... ¿Verdad que te engañé?

Ahora sí me voy, bien!

~Smailer-Shimura


Instagram:Shim_lz

AMOR DE PSICÓPATA | 𝑰𝒛𝒂𝒏𝒂 𝑲𝒖𝒓𝒐𝒌𝒂𝒘𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora