III

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Capitulo 3-  Guerra

Cabello castaño, ni tan negro ni tan oscuro sino intermedio, ojos verdes que harían a cualquiera enloquecer, labios suaves a simple vista, un rostro angelical si no lo conoces, pero ya sabes que es el demonio en vida, este sin ninguna expresión. Si ese era Cinco Hagreeves. Traía su uniforme de siempre: corbata,, medias altas, camisa blanca que era cubierta por un suéter, zapatos de cuero, pantalón azul y una camisa azul con bordes rojos. su típico peinado con su porte de seriedad. Q

¿Por qué él?

Cuando decidí venir sabía que en cualquier momento tendría que encontrarme con todos, no pensé que fuera tan rápido, mi que sería en el individuo frente mi. Que suerte que tengo, yuju

-Mierda- murmuré- por qué a mí.

Pase por su lado para agarrar la jarra de agua. Sentí su mirada en mi, pero no hablaba. Había pasado demasiado tiempo desde que no lo veía. Y ahora que lo tengo al frente tengo, una sensación de tristeza y nostalgia se instalo en mi.

Estaba tan nervioso y me empezaba a molestar que no hablara, así que me di vuelta y lo mire. Su expresión seguía sería, pero su vista se posaba en mi. Vi un abismo de tristeza que rápidamente fue relanzada por algo que no podría descifrar. Joder un puto enigma.

-¿Que haces aquí?- su voz era más grave que la última vez.

-Estoy tomando agua ¿quieres?

-Sabes de lo que te hablo

-Bueno, digamos que la última vez que estuve aquí está era mi casa y creo que lo sigue siendo ¿ o no? - Apoye un brazo en la mesada.

-Si, lo se- asintió continuamente- pero se me hace raro verte después de dos años sin asomarte por la academia-  en sus ojos verde se veía una pisca de decepción que se volvió en seriedad en segundos.

-Oh mierda, entonces perdóname, perdóneme tu y todos por no venir a el lugar en donde me echaron como si fuera mierda, discúlpame.

-No te recordaba tan chistosita

-Yo tampoco a ti tan amargado- sonreí- no, me equivoqué. Sigues siendo igual de amargado que antes. Aunque creo que has empeorado.

-¿Puedes dejar esa actitud para que hablemos como personas adultas?¿Puedes hacerme ese favor?

-Puedo.......

Se vio un alivio en sus ojos que rápidamente desaparecieron con lo que dije- Gracias, ahora como te decía.....

-Pero no quiero.- termine de decir. Su cara fue sacada de revista. Pero no de las lindas, sino de las feas.

-¿No?¿Porque?

-Porque no me apetece, no quiero, no me interesa.

-¿Que?- pregunto desconcertado.

-Lo que pasa es lo siguiendo ¿Que ganó yo de eso?m Si, podría sentarme en la mesa y hablar contigo adecuadamente para que me digas ¿que?. Ni yo sé que podríamos hablar, todo lo que teníamos que conversar se acabó cuando ustedes hicieron ese espectáculo hace dos años ¿no sé si lo recuerdas?. Así que ¿hablar? yo no necesito "hablar" contigo. Pero si eso quieres- me encogí de hombros sin darle importancia- habla.

Su semblante paso por distintas emociones. Su rostro seguía intacto, sin dejarse afectar pero sus ojos decían todo. Me seguían mirando con ese intensidad, pareciera cómo si estuviera con un Cinco completamente distinto al que conocía, así que yo tampoco me deje y lo mire igualmente. Apretó más su mandíbula, sus ojos no dejaban los míos y los míos los suyos por ningún motivo se movían. No sé cuántos minutos pasaron, no sé si esto era una guerra de mirada, pero era como si todo se hubiera detenido entre los dos, solo estabas los dos, con nuestras miradas conectadas, lo cual me hizo sentir extraña, lo más extraño es que me gustó. El fue el primero en separar su mirada y yo puse una sonrisa
en mi rostro.

-¿Por qué haces todo más difícil?- murmuró con un tono tan bajo.

Su mirada volvió a la mía y fue por un momento en el cual no sabía que pasaba. Tan raro. Hasta que desapareció de la nada. Se teletransporto, claro.

Que gran poder carajo.


Palabras: 676

R.r












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