Lizzie
Doy vuelta la página de la revista. Igual que un consultorio de un médico, la recepción de la oficina de James está plagada de ejemplares que hablan de él.
Justamente estoy leyendo una entrevista que hizo para VOGUE, que lo caracterizó como el hombre del año. El reportaje venía acompañado con una sesión de fotos. En la mayoría estaba vestido de negro, en poses que lo hacían ver intelectual. Y deseable. Y una parte de mí se deprimió.
Suelto un suspiro, cierro la revista y la lanzo sobre la mesa ratona. Mejor sería concentrar la mirada en la pared; pero cuando alzo la vista, encuentro colgada la portada de ese mismo ejemplar como un cuadro enorme.
Narcisista.
—El señor está concretando una llamada con Raven Deutsch—me comunica Alejandra del otro lado del escritorio—. La atenderá enseguida.
Aplasto los labios.
Estoy confundida. Primero, me llama argumentando que es una emergencia y ahora también está hablando con Raven, quién es nuestro mejor amigo. Es decir, se comunicó con ambos. Nunca lo hace, así que en serio debe ser algo grave.
Sé que quizás mi idea es muy remota y surrealista, pero ¿Qué tal si él se dió cuenta que realmente somos almas gemelas? ¿Es muy fantasioso? Quisiera permitirme soñar una vida alternativa en la que terminemos juntos, viajando por todo el mundo en su avión privado y tal vez, tomarnos de las manos junto a la torre Eiffel o el Empire State.
En fin, tampoco es como que esté en condiciones de exigir, simplemente quiero estar con James. Incluso, si no viajamos a ningún lado. Solo estar él y yo, acostados en un sofá viendo una película. Sería mágico.
—Ya puede pasar—avisa Alejandra.
Me pongo de pie, y camino hasta la puerta de su oficina. Está al fondo de todo, porque son los privilegios que trae ser jefe, un poco más de privacidad.
Suspiro y abro la puerta con lentitud. Ni siquiera sé porque me tomo tal atrevimiento, nos conocemos hace años y simplemente podría haber pasado sin siquiera importar que estuviera en una llamada con Raven, pero a veces cuando estoy con él me veo insuficiente.
—Hola—Cierro la puerta detrás, despacio.
—Hola, Liz—dice, su tono es neutro, no está apagado ni encendido. Así que no tengo indicios de que hay un problema.
Por lo general, para saber su estado de ánimo tengo que ver sus ojos, pero se encuentra de espaldas, de cara a la enorme ventana de su oficina. Está viendo la ciudad con las manos escondidas en su bolsillo.
No sé qué hacer, así que simplemente me acerco a su escritorio y me siento en una de esas sillas donde debe recibir a grandes clientes pero ahí estoy yo, una pobretona costurera.
—Mira lo que tienes enfrente—me pide.
¿Enfrente? Lo tengo a él, bueno no me está mirando pero es el único que está en esa posición. Entorno los ojos, confundida.
Debe ser que me conoce tanto o que ve el reflejo de mi cara en la ventana pero aclara con rapidez:
—Lo que está en el escritorio.
Vuelvo la vista hacia el periódico del día de hoy y lo tomo entre mis manos. Lo primero que leo es el título.
"El empresario Jake Foster anuncia su boda en conferencia de prensa"
Efectivamente hay una foto de él en el medio de un escenario, rodeado de personas portando cámaras y micrófonos.
Continúo leyendo.
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Enamorada del Villano [ACTUALIZANDO ✔️]
Ficção AdolescenteLizzie siempre estuvo enamorada de su mejor amigo James, cuyo mundo se destruye cuando lee en el periódico que su hermano va a casarse con la mujer que ambos prometieron nunca volver a contactar para evitar conflictos: Celina. Ahora, James busca rec...