Capítulo Doce 💘

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—Ay, Lizzie—me dice—. Te lo prometo, yo era un caballero antes de verte en ese vestido.

Me gustaría saber la razón por la que siento esas mariposas en el estómago. Las piernas me tiemblan. Siento como si un rayo subiera por mis talones, piernas, abdomen y al final se alojara en mi pecho.

Creo que es algo que llame hace muchos años el "efecto Foster". Es muy sencillo de explicar, la mayor parte del día me imagino a James, la otra me preparo para verlo. Ahora, cuando no tengo tiempo para mentalizarme y él aparece, las emociones impactan en mi cuerpo de la nada. Todas al mismo tiempo.

—En serio, no sabes lo salvaje que se está volviendo aquí—Sonríe y da dos toques a su cabeza. ¿Él acaba de decir lo que acaba de decir? No, seguramente está bromeando—. Gracias por invitarme a pasar, muy amable.

Cuando pasa por mi lado, el olor a alcohol se aloja en mis fosas nasales de tal forma que no me permite respirar. De acuerdo, está borracho, eso explica todo. Por suerte, la ola de alcohol se coloca en el centro de la habitación.

Empujo la puerta y me cruzo de brazos.

—Estoy segura que no te invite—le digo.

Comienza a dar vuelta sobre sí, mirando a detalle todo el lugar. Lleva una expresión de impacto en el rostro.

—No me digas, es igual a la mía—Me ignora por completo,

No veía a James borracho desde hace siete años, cuando apostó con Raven que podía tomar veinte shots de tequila de una sentada. Evidentemente, no lo logró. Ser un insensato no es algo que lo caracterice pero Raven puede resultar persuasivo en demasía, y así como nos convenció de las mayores estupideces, esa no fue la excepción.

Y probablemente esta sea otra de esas ocasiones. Acaso, ¿Raven no me había dicho que lo invitaría al bar? Es obvio que esto lleva su firma.

—Espera...—reflexiona—. ¡Pero sí es mi habitación!

Sonrío, debo admitir que cuando se emborracha es un poco más gracioso de lo habitual.

—Mmmmh no, es la mía—le informo, acercándome a él.

Entorna los ojos en mi dirección, igual que lo haría un niño cuando está enojado por algo.

—¿Dónde está?—me interroga.

—¿Quién?

—El presentadorsucho—contesta. Y sin previo aviso, comienza a silbar y a caminar encorbado—. ¡Alán, ven aquí!

¿Lo está llamando como a un perro? No doy crédito a lo que ven mis ojos. Sacudo la cabeza y me acerco a él, obligándolo a retomar la compostura.

—James, mírame—le pido—. Él se fue.

Toma mi rostro entre sus manos y aprieta mis cachetes. A una parte de mí, le agrada sentir el calor de sus palmas en mi rostro. A la otra, la cercanía la asfixia.

—Lo sabía, le dije a Raven que tú nunca meterías a un hombre a tu habitación—mueve mi cabeza hacia un lado y luego al otro—. Es que eres tan inocente. Igual subí a comprobarlo, no voy a mentirte pero confiaba en un noventa por ciento en ti.

Me deshago de su agarre.

—¿Tú subiste a comprobar que...?—Antes de que pueda terminar la frase, oigo tintinear a mi celular.

Abro el bolso, el cual nunca solté, y lo saco.

Llamada de Rav.

Atiendo al instante.

—Liz, lo perdí—me dice, puedo notar la desesperación en su voz—. Estoy hablando de James.

—Qué raro—comento sarcástica.

Enamorada del Villano [ACTUALIZANDO ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora