Capítulo diecisiete 💘

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Abro los ojos y veo el rostro de James. Su cabello desprende gotas sobre mi rostro. ¿Está mojado? Se ve lindo. Me parece curioso pero en el cielo, hay muchos James.  Cuento tres en total, pero se mueven de izquierda a derecha, a un ritmo incesante.

Detrás hay unas hermosas y esponjosas nubes blancas que se mueven sobre una pantalla azul.

Que extraño.

—¡Liz!—exclama en mi rostro—. Contéstame, por favor.

Mis comisuras tratan de alzarse en una sonrisa.

—¿Y-Ya me morí?—sale con dificultad de mi boca.

Me mira con preocupación.

—Déjame ayudarte—coloca una mano en mi espalda y contribuye a que pueda sentarme.

Ante mí se presenta el río en el que me caí y por consecuencia, me echo un vistazo a mi misma. Estoy mojada hasta la cabeza mientras descanso sobre la orilla, ¿Cómo llegué aquí? Mi mirada cae directamente en James que también se encuentra empapado.

Me pongo de pie.

—¿Qué tratabas de hacer?—Jadea él, arrodillado a mi lado.

No puedo ni siquiera contestarle, me encuentro tan confundida. Esto no se supone que debía pasar, ¿Él saltó a salvarme? ¡Igual que un superhéroe en las películas! ¡No, No, No! Esto tiene que ser una alucinación.

No se suponía que esto sucediera, ahora cómo voy a olvidarme de él si ahora resulta que me salvó la vida. Estoy furiosa, podría echar fuego por la boca. Mi plan era perfecto, hasta había trazado límites. Pronostiqué unos meses de duelo, luego me descargaría una de esas aplicaciones para citas.

Pateo una de las piedritas que están a la orilla del lago y la misma hace un recorrido sobre el agua hasta que se hunde.

—¡Ay!—gruño al aire.

—¿Qué te pasa?—indaga.

Me doy la vuelta y lo acuso con el dedo. Frunzo el ceño.

—Lo que me pasa, eres tú—escupo esas palabras a su cara—. tú me salvaste.

—¿Tú querías morir? ¿Quieres que hablemos de algo?—entorna los ojos sin comprender aún.

—¡No me quería morir! ¡Estaba tratando de tomar el collar de tu madre!—Se me nublan los ojos de impotencia.

—Pues no es una muy buena idea saltar al agua cuando no sabes nadar—apoya las manos en el suelo y se pone de pie. No parece irritado, más bien cansado—. Y me metí a intentar salvarte, lamento haber arruinado tu plan.

—¡No salté del barco, solo...

Pone los ojos en blanco.

—Solo te caíste, ¿No?—interrumpe sarcástico.

—¡Sí!—exclamo.

Alza una ceja, es un «No me digas» repleto de ironía. Acto seguido, se quita la camisa y comienza a escurrirla, el agua que extrae parece una cascada. Y mientras hace ese arduo trabajo, lo observo ensimismada con una ola de calor invadiendo mi cuerpo.

No, alto. Esto no está bien. Despierta.

Suelto un sonido de desesperación.

—¡Olvídalo! Me voy—paso por su lado, chocando su hombro con intención—. ¿Dónde están los demás?

Él observa en todas las direcciones.

—Cuando salté, los demás siguieron remando y los perdí.

Excelente no solo que James me acaba de salvar, sino que también estamos solos en el medio de la nada. ¿Por qué esto me debe llegar cuándo quiero alejarme de él? ¿Qué paso los diecinueve años antes dónde habría muerto por una oportunidad así? Bueno, lo paradojico es que tuve que casi morirme para esto.

Enamorada del Villano [ACTUALIZANDO ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora