Capítulo siete (1/2) 💘

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Lizzie

—Ya son las doce—Raven mira su reloj a través de unas gafas de sol.

Estamos recostados en tres reposeras que ofrecen una vista preciosa del mar. En la playa hay un placentero aroma a protector solar y a decepción porque por alguna razón, es mediodía pero no han llegado noticias de nada.

—Me dijo Celina que debíamos vernos aquí—Se encoge de hombros, James—, ¿Por qué otra razón nos invitaría a todos a la playa del hotel?

A unos metros se hallan Dove y Jessica, hablando con Matt y otros jugadores del equipo de polo. También están los padres de los Foster, construyendo con los hijos de Meghan unos castillos de arena. Los demás invitados estan disfrutando del día de playa, como personas normales, sin preocuparse por romper una relación.

—Pero, ¿Por qué en la playa?—pregunto confundida.

—Es dramático, me gusta—expresa Raven, asintiendo con la cabeza.

No sé el momento exacto en que Dove se acerca a mi lado, pero de pronto está de la mano de su novio, preguntándome:

—¿Qué tal tu ojo, Liz?

—Otra vez, perdón—se disculpa Matt.

—No te preocupes, está mucho mejor—contesto—. Además, yo no tendría que haber estado allí.

—Ya casi ni se nota—alega Dove con una sonrisa.

—Si no mejoraba, podías utilizar un parche—sugiere con diversión Raven.

—O podías golpearte el otro, para que ambos fueran iguales—Agrega Jessica con una sonrisa cuando se acerca.

—Grandes consejos, muchas gracias—contesto.

—¿Qué es un gran consejo?—alega Jake.

Aparece de la nada, tomado de la mano con Celina. Él lleva un traje de baño celeste y ella un bikini blanco con helados, de su brazo libre cuelga algo azul. Ambos tienen una sonrisa en el rostro, no parece que algo haya perturbado su paz en lo absoluto. Es lo que por poco provoca que no se nos caiga la mandíbula a los tres. James, particularmente, frunce el ceño.

Nos damos un mirada de desentendimiento.

—Nada, bromas—contesta, Jessica.

—Veo que todos trajeron traje de baño—dice Cel. Nosotros tres llevamos nuestros bañadores porque James dijo que después de la cancelación podíamos celebrar con un día de playa. Pero no hay cancelación. Me mira—. No te ofendas, Liz. Me gusta mucho tu bañador de una pieza pero creo que traje algo que te encantará.

Todavía me cuesta conciliar lo que sucede, por eso cuando me otorga el bikini que vimos el otro día, no muestro entusiasmo en absoluto.

—¡Lo compré esta mañana! ¡Es el traje de baño que te encantó de la tienda que fuimos ayer!—exclama, emocionada—. ¡Estaba hecho para ti!

Normalmente cuando me regalan ropa, suelo saltar en una pata pero estoy tan confundida que digo:

—Ah, está muy lindo.

—Vamos, Liz—Toma mi brazo, obligándome a que me ponga de pie—. Vi una de esas casetas de playa, seguro que podemos usarlo para que te cambies.

Agradezco, por un lado, que Celina me lleve lejos de esa situación porque realmente no quiero ver como James le clava dagas con los ojos a su hermano después de que el plan salió mal. Pero, no puedo dejar de preguntarme: ¿Por qué salió mal?.

Cuando estamos lo suficiente alejadas, le digo:

—No hacía falta que lo compraras, en serio.

—Shhhh, son tonterías.

Enamorada del Villano [ACTUALIZANDO ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora