Capítulo veintisiete (2/2) 💕

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No hace falta decir que estoy atrapada. Más bien, no estoy atrapada, estoy jodida.

Detecto sus movimientos tras la barra, todavía no dijo nada. Revisa las botellas en busca de alguna en particular con una expresión un tanto pensativa.

Me remuevo en el sillón rojo, incómoda. ¿Por qué todavía no me habla? ¿Por qué está tan calmado? Lo vigilo con atención, confundida.

Agarra un Jack Daniels y lo revisa, mira la etiqueta, inspecciona el envase. ¿Qué le pasa? Frunzo el ceño en su dirección hasta que en un momento me devuelve la mirada y me veo obligada a apartarla.

Oigo el ruido de la botella de Whisky siendo destapada.

—Entonces...—comienza mientras veo de rabillo cómo vierte el liquido en dos vasos—. ¿De cuánto hablamos de días, semanas?

Opto por callar. Puedo estar encerrada con él pero eso no va a garantizarle ninguna clase de información y quiero que le quede claro.

—Dime, Liz, me muero por saberlo—suelta un falso ruego y puedo notar ese tono raro de persuasión—. Sé porque te eligió como el caballo de Troya...¿Por qué se le ocurrió a él, no? Sé distinguir sus ideas de las tuyas.

Trago con fuerza al oír  sus pasos firmes por el lugar, primero cerca del borde del sofá y luego detrás de mi espalda.

¡Está rodeandome cómo acecha un tiburón a un barco!

Entiendo porque lo hizo—su tono de voz es calmado y grave—. Eres mi punto débil, eso no es un secreto.

De la nada, en mi campo de visión aparece uno de los vasos que acaba de servir. Me mira, esperando que acepte su ofrecimiento. Al final, lo apoyo sobre mi regazo pero no bebo de él y James camina a la otra punta del sillón.

No pasa mucho tiempo, hasta que siento que se hunde el asiento de al lado. Hago un leve movimiento hacia su sitio y lo encuentro con la cabeza ladeada a la vez que en su rostro se plasma una sonrisa.

—¿No vas a hablar?—se mofa—. Será un monólogo, entonces.

Bajo la vista a mi vaso, solo para mantenerme concentrada.

—Dale un sorbo—me alienta—. No tiene nada raro, es igual al que me invitó Raven.

Aplasto los labios.

—¿Él está bien?—le pregunto.

La respuesta no llega de forma instantánea por lo que decido verlo con cierto temor a que en realidad no tenga idea del paradero de nuestro amigo, pero cuando lo hago me doy cuenta que solo ha hecho una pausa para beber.

—Define «bien»—pide después de unos segundos.

Abro muchos los ojos.

—¿Qué defina bien?—repito en un murmullo.

Alza ambas cejas con cierta frustración.

—Bueno...pues...quiero saber que esté vivo, respirando—Él no responde, me vuelvo pequeña—, ¿No?

—Ah, sí, él está bien—le resta importancia.

Suelto un pequeño suspiro.

—No me gusta cuando no me miras—dice—. Tienes unos ojos preciosos que...

—¿Qué quieres, James Foster?—lo interrumpo

Volteo hacia él abruptamente, con los brazos cruzados.

Aunque al principio noto que se impacta por la brusquedad del movimiento, termina alzando una ceja con sugerencia.

—¿En general...—baja su vista a mi vestido—, o ahora mismo?

Enamorada del Villano [ACTUALIZANDO ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora