El Chico Nuevo

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Reki, Langa y Tatsu se vieron en el punto en que los mejores amigos se reunían todos los días antes de ir a clases. Sería el primer día del peli morado, por lo que se ofrecieron a acompañarlo y no se sintiera solo.

–¿Irán en eso?– miró los skateboards.

–Siempre lo hacemos– sonrió Reki –De hecho te traje uno extra– se lo acercó.

–Ni de broma– lo alejó –Aún no estoy listo para volver a subir en esa cosa.

–¡Pero será divertido! Anda, eras asombroso– lo abrazó por los hombros.

–No– se cruzó de brazos.

–Por favor– suplicó.

Langa hizo una ligera mueca dada a la cercanía de los más jóvenes. Siempre había estado al tanto de que su novio tenía bastante contacto físico con las personas cercanas a él, pero todos los demás se trataban de adultos con Miya, un chico cuatro años menor, como única excepción. Que de repente Reki se comportara así con otro chico de su edad lo hacía sentir bastante molesto.

–Si no lo usas, no te presentaré chicas lindas– hizo el pelirrojo un puchero.

–Amigo, no te ofendas, pero dudo mucho que conozcas a chicas lindas.

–¿¡Qué quieres decir con eso!?

El contrario pensó un momento sus palabras, pero finalmente solo formó una sonrisa burlona.

–Pues tu novio es guapo– señaló a Langa –A comparación de él tú eres bastante promedio como para llamar la atención de las mujeres.

El menor hizo una mueca y le dio un golpe en el brazo.

–Eres un grosero.

Soltó una carcajada –Ya, era una broma– sacudió sus cabellos –Supongo que puedo usarla para solo ir a la escuela– tomó el skateboard.

–¿Enserio? ¡Asombroso!

El peli celeste frunció el ceño, a veces pensaba que Reki perdonaba demasiado rápido.

–Hay que irnos ya o llegaremos tarde– habló por primera vez en todo ese rato.

Los otros dos asintieron y se pusieron en marcha.

Tatsu quedó bastante impresionado al ver a Langa patinar; a pesar de no tratarse de una carrera, pudo notar el talento del que Reki tanto le había hablado, sobre todo al momento de saltar y alcanzar una estrella pintada bajo un puente.

También le enternecía ver el brillo en los ojos de Reki cada que su novio lograba un truco; aún no estaba seguro de si era orgullo por ser él quien le había enseñado o el amor que se tenía. De todas manera le gustaba verlo feliz.

Al llegar a la escuela, los cuchicheos sobre el peli morado no se hicieron esperar. Aunque claro, siempre será extraño que alguien se transfiera a la mitad de un ciclo escolar. Sin embargo, a Tatsu le daba bastante igual cualquier chisme que se pudiera hacer alrededor de él; ese chico tenía un solo propósito en ese lugar: Conocer chicas.

Para su suerte, contaba con un atractivo canadiénse que solía atraer la atención de las mujeres.

–¡Reki! ¡Langa!– se acercó Akane corriendo a ellos –Los estaba buscando, quería preguntarles si tenían las notas de la clase de biología del viernes. Megumi me dijo que eran los encargados de dármelas.

–Oh cierto– soltó el pelirrojo –Vamos al salón y te las pasó.

Tatsu soltó un fuerte carraspeó.

Los otros tres se le quedaron viendo.

–Ah, él es Tatsu– lo presentó Reki.

–Un placer– dijo la chica sin mucho interés; con desconocidos parecía ser la Akane de siempre –Entonces, Reki, Langa ¿Vamos al salón?– miró a la pareja.

El Límite del InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora