Cosas de Adolescentes... ¿O no?

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Antes de empezar: Porfa abstenganse de preguntar por pasivos y activos, en este fic no creemos en esos estereotipos y clasificaciones; pura versatilidad

Disfruten el cap ;3

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E

ran alrededor de las ocho cuarenta y cinco cuando la puerta de la residencia Kyan se abrió. No era ninguna de las chicas, ni mucho menos Reki; sin embargo, ninguno se alteró con esto, pues sabían bien de quien se trataba.

–¡Papá!– le saltaron las gemelas encima apenas lo vieron.

–Niñas– se agachó el hombre para abrazarlas.

Mako Kyan se trataba de el hombre de la casa; esposo de Masae, padre de las chicas y el padrastro de Reki. Después de varios meses en el extranjero dirigiendo una ambiciosa construcción en el país de Corea, al fin volvía a casa.

–Ustedes dos, déjenlo respirar– se metió Masae –Cariño– lo besó.

–Mi amor– correspondió el beso –Tanto tiempo fuera del país y la belleza que más extrañé fue la tuya.

–¿Pero qué cosas dices?– rio  con un sonrojo.

–Papi– salió Koyomi.

El hombre se le quedó viendo unos momentos –¿No se supone que tú también eras hija mía?– bromeó mientras señalaba el cabello rojo de la chica.

–Oh, quería un pequeño cambio de estilo– respondió.

–¡Dile que deje de robarse el mío!– soltó Reki mientras entraba a la sala.

–Y ahí está mi muchacho– le sacudió el cabello.

–Hola, papá– le sonrió.

–Oye ¿Soy yo o te veo más fuerte?

–Tengo un amigo que me dio una rutina de ejercicio asombrosa– se emocionó mientras presumía sus pequeños músculos –¿Genial, no?

–¿Y por qué tanto interés en ser fuerte? ¿Acaso hay una chica a la que quieras impresionar?– lo miró coqueto.

Koyomi ahogó una risa –Si supieras.

Su madre la pellizco.

–¡AUCH!

–De hecho– volvió a hablar Reki –Yo ya…

–¿¡TE CONSEGUISTE UNA CHICA!?– lo interrumpió su padre –¡Ya sabía yo que una de tus compañeras se daría cuenta del asombroso partido que eres!– sonrió orgulloso. Antes de que el adolescente pudiera responder, el hombre soltó un bostezo –Estoy muy cansado ¿Vamos a dormir?

–Te lo mereces, amor– se enganchó Masae a su brazo.

–¿Y tu madre?

–Mi abuela se duerme a las siete, hasta crees que te iba a esperar despierta– dijo Koyomi.

–Buen punto. Reki, quiero conocer a tu novia, invitala pronto.

–De hecho nos organizamos para mañana hacer una comida en honor a tu regreso– habló su esposa –Y Reki ya invitó a su pareja ¿Cierto?– miró a su hijo mayor.

Este asintió con una sonrisa insegura.

Después de eso, todos se fueron a sus cuartos. Entonces Reki al fin cayó en cuenta de que tal vez su padrastro no podía reaccionar de la mejor manera al enterarse de su novio.

El Límite del InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora