capítulo 11

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—Entonces, escuchar, analizar y contestar, las tres cosas que se debe aplicar en cualquier situación, nunca responda si no está seguro de sus respuestas o argumentos, tiene que basarse de acuerdo a algo, ¿lo entendió? —preguntó el hombre de cabell...

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—Entonces, escuchar, analizar y contestar, las tres cosas que se debe aplicar en cualquier situación, nunca responda si no está seguro de sus respuestas o argumentos, tiene que basarse de acuerdo a algo, ¿lo entendió? —preguntó el hombre de cabellos canosos y lentes en sus ojos, su mirada era calmada al igual que
su postura pero no dejaba de verse elegante aún sentado en el filo de aquel sillón, el lugar estaba sumido en un silencio sepulcral.

—Lo he entendido señor. —contestó Minho con un asentimiento, estaba sentado en una acolchada silla de telas de colores pálidos, sus patrones eran exóticos y atrayentes y se sentía suave.

—Bien, tengo entendido que usted ya conoce la completa historia de nuestro Reino y las crisis por las que pasó así que solo tomaré un pequeño exámen de eso, pero por ahora le daré treinta minutos para que pueda despejarse, puede pasear por los pasillos del castillo si lo desea. —avisó el hombre mientras se acercaba al escritorio y tomaba en sus manos los apuntes del menor.

—Muchas gracias maestro, pero, ¿podría decirme donde queda la biblioteca real? —preguntó el pelirrojo con una sonrisa penosa.

—Siga este pasillo hasta el fondo, hay un gran salón de dos puertas será fácil que lo vea.

—Bien, gracias, hasta luego.

El joven príncipe caminó hasta la puerta de aquella habitación hasta por fin salir por completo, su curiosa mirada recorrió los dos lados del pasillo, uno llevaba hasta la sala principal y el otro hasta la enorme biblioteca real, no dudo mucho en ir hasta la segunda mencionada, su paso era lento pero ansioso hasta que por fin pudo entrar al lugar que a su vista estaba completamente vacío.

Aquella enorme sala contaba con dos pisos cubiertos por simples estantes repletos de libros, variaba de todo los tamaños y grosores, habían dos grandes escaleras al igual que cinco escritorios en la primera planta, sobre los escritorios se encontraba una variedad de libros y pergaminos y en cada uno de ellos había una pequeña lámpara de vela con bordes de color verde jade.

Subió hasta la segunda planta de la biblioteca mientras las yemas de sus dedos acariciaban con lentitud los bordes de los libros, algunos más antiguos que otros, la simplicidad pero hermosura del lugar logró enamorarlo por completo, sin duda ese sería su lugar preferido.

Su caminar paró en seco cuando su vista logró captar el nombre de un libro en especial, de tapa color rojo intenso y el título pintado en letras grises y doradas. "La sabiduría del corazón" Con una sonrisa cogió entre sus manos aquel viejo libro para luego girar su caminar y bajar de nuevo por las escaleras en forma de caracol hasta la primera planta y sentarse en uno de los escritorios, sin perder el tiempo empezó su lectura, amando las escrituras en aquellas desgastadas páginas, sus dedos deslizándose por el suave
papel con delicadeza temiendo romperlo.

"El poder del saber no solo está en nuestra cabeza, ni mucho menos depende solo de ella, el poder de saber también consta del sentir del corazón, que sería de nuestras decisiones sin las emociones y que sería de las emociones sin el corazón."

˖۪⸙P R I N C Eˊˎ - minchan ↴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora