Hurren llegó a la aldea en busca de una nueva vida para su futuro, trabaja cómo niñera de Esther Mikaelson.
Esposa de un poderoso terrateniente,
Mikael Mikaelson, quien queda totalmente enamorado de la peliroja quien la enamoró y Hurren da a Luz a s...
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Mis cortos diecisiete años habían sido los mejores, me había separado de mi familia en busca de una nueva vida. Un amor épico como las antiguas leyendas.
Me había topado con varios vikingos de diferentes aldeas, aprendía sus costumbres, sus modales, batallas y me mudaba al poco tiempo. Hasta que conocí a la pareja Mikaelson... Esther y Mikael.
— ¿Hurrem? — Interrumpió mis pensamientos una pequeña voz dulce.
— ¿Qué sucede Freya? — Acaricie su cabello con delicadeza.
Freya era hija de Esther quien yo me encargaba de cuidar puesto que me había ofrecido comida y bebida a cambio.
— Padre llegará hoy, estoy ansiosa de ver que me traerá esta vez de su viaje — Sonrió con emoción la pequeña.
Mi corazón latía sin parar, me llegaban cartas de él en secreto. Ambos nos enamoramos a los meses de conocernos, adoraba esos poemas y flores que me obsequiaba. Era alguien completamente diferente que conocí con Esther.
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La noche había caído, hubo una pequeña celebración en el pueblo por la llegada de los guerreros y el vino no pudo faltar.
Los celos de Mikael salieron a flote en cuanto me había observado hablar con un joven apuesto quien pretendía cortejarme, había ignorado sus miradas acusadoras sin embargo no termo ahí.
En cuanto la celebración había terminado entro a mis aposentos provocando que esa fuera nuestra primera noche juntos. Las cosas no terminaron ahí pues nuestros sentimientos crecieron y cada noche pasábamos la noche juntos.
Tarde o temprano nuestras acciones no serían un secreto...
— Ayana, no me he sentido bien. Mis mareos están peor, no puedo llevarme algo a la boca porqué mi estomago lo rechaza... tengo miedo de que sea grave. — Supliqué mientras la tomaba de las manos.
