Una mujer con seis meses de embarazo está de pie junto a su esposo, padres y hermanos. Un grupo de soldados atan sus manos y pies. En mi país, cuando alguien rompe las reglas, sus familiares también son castigados. Hace algunas décadas, mi familia adoptó el castigo de sangre. Mi abuelo está sentado, viendo el espectáculo. Su silla está hecha de oro y diamantes. Mi padre luce tranquilo, aprendiendo de él, como si fuese un niño escribiendo en la escuela.
—Pueblo. Esta familia rompió la política del hijo único. Desde que comenzaron las Olimpiadas del Dolor, mis antepasados prohibieron más de un nacimiento por familia. Estos delincuentes tuvieron tres hijos y los escondieron. Si perdemos las olimpiadas de este año, tendremos que proporcionar agua, comida y petróleo a las naciones ganadoras, por lo que debemos cuidar nuestros recursos naturales. El castigo por su infracción es la muerte —dice mi abuelo.
La gente que rodea la plaza celebra sus palabras, disfrutando del espectáculo que está a punto de comenzar. No sé cuándo mi país se volvió más violento que el Medio Oriente, Estados Unidos, Corea del Norte o la India. Cuando era niño, recuerdo que las mujeres que rompían la política del hijo único tenían que abortar. Estos tiempos están empeorando. Algunos hombres de la multitud gritan palabras de odio, con respecto a los recursos naturales desperdiciados por tener más de un hijo, culpando a la mujer y a su esposo por su irresponsabilidad.
—El abuelo está mostrando su instinto asesino después de mucho tiempo. A mi consideración, ya no es el gobernante que solía ser. Nuestro padre debe asumir el trono cuanto antes —dice mi hermana, Bentla, sin mostrar emociones ante la situación.
Mi madre está tratando de tapar los ojos de mi hermano pequeño. La mujer llora y suplica por la vida de su bebé, sin importarle si ella muere, solo quiere salvarlo. Las mujeres del público sufren al verla sollozar, porque se identifican con ella, pero el miedo es más fuerte que la empatía. Algunos ciudadanos piden sangre. Hoy en día, las ejecuciones públicas son el espectáculo más popular. Los traidores políticos, los desertores del ejército y los terroristas son las víctimas favoritas. Llegan algunos reporteros, listos para transmitir el sangriento programa. El gobierno exporta las ejecuciones más sangrientas a países que disfrutan viendo la miseria y la crueldad. Un ingreso extra para la nación.
—Ministrode Guerra, Enel. Por favor, tranquilice a los prisioneros. Consiga una cinta oalgo para silenciarlos —solicita mi padre, mientras mi abuelo lo observa,orgulloso.
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Las Olimpiadas del Dolor (Distopia)
Science Fiction¿Te gusta Divergente, Battle Royale, Los Juegos del Hambre y The Maze Runner? Esta novela es para ti. Llena de batallas a muerte entre concursantes de diversos paises para ganar agua y petroleo para sus habitantes.