Capitulo Seis: El Discurso del Emperador

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—Buenas tardes, apreciados invitados. En breves momentos tendremos el honor de escuchar el discurso del nuevo emperador de Herza, esperen un momento más por favor —dice Fausto, el consejero de mi padre.

Distingo a Lana y Joey a unos metros, ellos se acercan a mí.

—¿Crees que el discurso sea sobre su nuevo atuendo? —pregunta Joey—. Moriría por presenciar tu reacción. Hace tiempo que no te veo preocupado.

—Alguien se avergonzará de su padre —dice Lana—. Trata de pasarla bien, no es la primera vez que él te pone en ridículo.

—Son lo amigos más comprensibles

Por lo menos ahora puedo divertirme mientras se burlan de mi familia y sus excesos. Nos dirigimos a tomar nuestros respectivos asientos, ellos tienen que ir un poco más al fondo, ya que las primeras filas están reservadas para gobernantes.

Me uno a mis hermanos en la primera fila del recinto. Los asientos son bonitos, tienen una tela brillante encima con polvo de diamante, otra vez mi padre compró la seda más cara en todo el imperio. Parece que todos alaban las finas fibras donde se sientan. Me sitúo a la derecha de mi madre, hay espacios vacíos que tienen una placa de oro, indicando que se encuentran reservados. Por supuesto son para los reinos de Verza, Ferza y Esmerza; junto al mío, conforman el Imperio de Herza. Al ser mi territorio el más grande y con la mejor economía, se convirtió en la cabecera principal del imperio; así fue desde hace ya cientos de años. Aunque al principio hubo problemas por el poder del reinado, se acordó que Herza era adecuado para gobernar a los otros tres. Para llegar al acuerdo hubo una guerra interna dentro del imperio, motivo por el cual ha sido un proceso difícil entablar una relación amistosa entre los gobernantes y habitantes del reino.

Llega el rey de Verza junto a su esposa y por último su hijo, Viktor. Minutos después los de Esmerza, junto a su hija.

—Buenas tardes reyes —les digo con educación—. Es un honor su compañía en la toma de posesión de mi padre.

—No teníamos otra cosa más importante que hacer —dice el rey de Esmerza—. Además, es una obligación entre nuestros reinos. —Él prosigue a sentarse junto a su familia.

Por lo menos los reyes de Verza tienen más educación. La relación con Esmerza es solo política, no hay aprecio entre los reinos. Después de Herza, son el país más grande del imperio. Me resulta extraño que los reyes de Ferza todavía no aparezcan. Tal vez ni se presenten.

—¡Son despreciables! —dice mi hermana—. Se nota lo celosos que están.

Sonrío un poco al oír su expresión, ella está disgustada como yo. Ella tiene el carácter fuerte de mi padre. Sería mejor emperador que yo, pero la tradición me antepone a mí.

Las Olimpiadas del Dolor (Distopia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora