Las Olimpiadas del Dolor (Distopia)

Capitulo Quince: Politicos hipocritas

Llegamos al palacio real de cristal. Es una gran edificación hecha de mineral puro; es transparente a excepción de cuartos como el baño y oficinas de reuniones secretas. Un fiel ayudante nos abre la puerta del auto, los guardias especiales de mi padre, nos escoltan hacia el recinto. Tomamos unos ascensores hasta llegar al último piso del palacio. Al abrirse las puertas noto que ya se encuentran ocupadas todas las sillas, a excepción de dos que se encuentran al final. Nos situamos en las sillas vacías, todos los presentes nos saludan con total reverencia; se han puesto de pie de sus asientos. Conozco a la mayoría, ya que han asistido al castillo por lo menos alguna vez durante los últimos años. Dentro de la habitación se encuentran: el jefe de seguridad, el embajador, el cónsul, el consejero de mi padre: Fausto; entre otros importantes políticos del país.

—Buenas tardes, apreciado consejo real de Herza —dice mi padre—. Estamos reunidos esta noche para anunciar en privado al nuevo rey de Esmerza, el cual escogí después de meditarlo, por lo que espero que todos respeten mi decisión. Me permitiré escuchar sus propuestas, por si logran cambiar mi elección.

—Antes de proseguir, emperador, sí me lo permite —dice un hombre que desconozco—. Considerando la vasta experiencia militar del sr. Enel, el jefe de seguridad de Herza, es imprescindible elegirlo como nuevo rey de Esmerza, ya que impondrá el orden necesario.

—Agradezco tu opinión joven —dice mi padre.

—Emperador, buenas noches —dice otro hombre—. Considero que el nuevo monarca debería ser alguien de suma inteligencia como Voltoz, el jefe de relaciones internacionales.

Varios hombres continúan dando sus propuestas respecto al nuevo rey provisional que debería ser elegido, lo cual me aburre ya que podría estar haciendo algo más divertido en casa. Solo espero que mi padre no me pregunte, ni me haga hablar durante la junta. Cruzo los dedos para que no ocurra.

—Emperador, no hemos escuchado la opinión del heredero al trono —dice el embajador de Herza.

Todos voltean a verme, esperando un discurso con palabras sabias y sofisticadas, lo que provoca que me ponga más nervioso de lo habitual.

—Considero que deberían escoger a Fausto como rey provisional de Esmerza —les digo a todos, observo las caras de indignación o repudio de algunos presentes.

—La decisión fue tomada desde antes de la reunión, solo quería escuchar lo que tenían para proponerme, por si lograban cambiar mi opinión. Si no existen objeciones, elijo a Fausto como nuevo rey provisional de Esmerza —dice mi padre.

Aprecio como algunos hombres continúan hablando entre ellos, a juzgar por sus miradas, han entendido que no son competencia ante Fausto.

—Dentrode dos días será la coronación en Esmerza. Doy por terminada esta junta deconsejo —finaliza mi padre.

Esperamos que los políticos abandonen la sala de reunión, después nos marchamos del palacio real de cristal, el cual se desvanece detrás de mí, conforme emprendemos el camino de regreso al castillo. Apenas llego, saludo a mi madre y a mis hermanos que se encuentran frente a la chimenea bebiendo lo que parece ser chocolate. Me dirijo a mi habitación para dormir.