Capitulo Cinco: Presidente de Estados Unidos y Familia

229 6 0
                                    



Llegamos al salón principal; identifico algunas caras conocidas y otras desconocidas. Sin duda se encuentran los reyes de Inglaterra; los reyes de España; el rey de Estados Unidos; la presidenta de Alemania del Este; el zar de Rusia y su mujer; el Faraón y sus esposas; y muchos Sultanes del medio oriente; entre otras figuras poderosas de todo el mundo. Pensaba que solo vendría alguno que otro rey de la unión europea; son demasiados monarcas importantes. Tal vez existe alguna noticia de la que no esté enterado, ya que la presencia de tantos gobernantes no es normal. Lo peor es que sus miradas se concentran en los atuendos que vestimos, tenemos cierta deuda con algunos países, como para darnos lujos. Además de los gobernantes, también los acompañan sus hijos. Me llevo bien con algunos de ellos, ya que en algunas reuniones tuvimos contacto y además mantuvimos comunicación posterior. Diviso a mis distinguidos conocidos entre la multitud. Me abro paso para hablarles; aprovecho para saludar a sus padres por igual.

—Es un orgullo estar ante su presencia —saludo a los reyes españoles. Su hijo Alexander se acerca hacía mí y estrecha su mano con la mía, seguido de un abrazo.

—Tiempo sin verte Javica. Has crecido muy poco desde la última reunión de gobernantes de hace años —dice Alexander. Él tiene por lo menos diez centímetros más de altura que yo—. Te dejo un rato para que saludes a los demás, te veo en el banquete. —Se despide perdiéndose entre la multitud.

—¡Hola Javica! —dicen Lena y Yulia.

Me dan un gran abrazo. Hace un año que no las veía; es un gran momento para el reencuentro. Lena es la princesa rusa y Yulia es la hija de la presidenta alemana del este.

—Mira tu cabello, pareces uno de esos cantantes del siglo pasado —dice Lena y ríe—. Tenemos mucho que hablar, no adivinarás quién pregunta por ti. —Me pica el estómago y me sonrojo un poco.

—Adoro tu ropa, aunque es un poco ridícula —dice Yulia—. Será la portada de las revistas internacionales, igual que la de tu familia.

En cierta forma tiene razón, me preocupa más el atuendo de mi padre. Ellas se despiden y siguen su camino. Saludo a sus progenitores de forma cordial.

—¡Hola amigo, gusto en verte! —dice John—. Vaya traje ostentoso que porta el futuro emperador de Herza. Eres la versión joven de tu padre. —Me rio junto a él, siempre bromea conmigo. Tal vez algún día yo pueda tener su carácter para gobernar el país, tal como él lo hará con Estados Unidos.

Prosigo saludando a varios amigos, así como a sus padres. Me encuentro con algunas familias no muy agradables, me siento un poco incómodo. Desde que mi abuelo no quiso firmar acuerdos importantes con los gobiernos de sus países, nos han tratado indiferente. Saludo a aquellas familias por respeto, no entablo conversación alguna con ellos, ni pretendo hacerlo.  

Las Olimpiadas del Dolor (Distopia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora