CONFESIONES ANONIMAS

CARTA 5

Abrí los ojos, sentía mis párpados pesados, no recordaba nada, cuando logré enfocar algo no reconocí el lugar donde estaba, mis ojos se fueron a la izquierda. Ahí, con lágrimas recorriendo su rostro, estaba mi madre, lo único que fui capaz de hacer fue preguntar ¿Qué paso? Con una sonrisa triste ella solo dijo una recaída hija.

Me quede intentando pensar en algo, pero mi mente estaba en blanco, solo mire mi cuerpo, estaba llena de cables, una sonda, oxígeno... y mis extremidades superiores inmovilizadas, según me contó mi madre los doctores tuvieron que hacerlo, ya que no hacía otra cosa más que quitarme la canalización.

Hablamos de cosas sin importancia los pocos momentos en los que estaba despierta, me la pasaba durmiendo, pero en un momento seguramente de la noche cuando estaba sola en el cubículo donde me encontraba junto a otros pacientes, todos separados por cortinas, varias imágenes saltaron a mi mente, aún me faltaba recordar cosas, pero con los recuerdos que ya tenía me quedaba claro en casi su totalidad lo que había pasado...

Recordé haber ido a reclamar los medicamentos que me recetó mi psiquiatra, recuerdo haberme sentido mal en todo el camino, de nuevo me invadía ese sentimiento de culpa, sentir que no valgo nada, que solo soy una carga, tener 26 años y no haber hecho nada bueno en mi vida. Ser un fracaso total, abrumada por esos pensamientos empece a llorar, estaba sola, nadie podía sacarme de eso, solo recuerdo tomar un taxi y llorar mientras le decía al taxista que diera vueltas que no había un destino al cual llegar, hable con él un poco, pero después de eso ya no recuerdo con claridad, sé que me baje después de un rato del taxi, recuerdo haber buscado un lugar con muchos árboles al rededor, escoger un lugar en el cual me sintiera que nadie me iba a ver, recuerdo empezar a tomar varios medicamentos mientras escribía a las pocas "amigas" que tenía, pidiéndoles que me despido eran de mi familia, yo no era capaz de hacerlo, después de eso ya solo recuerdo cuando desperté en el hospital con mi mamá al lado.

Resulta difícil creer que hoy estoy viva de milagro, al salir de la clínica psiquiátrica a donde me remitieron me dijeron que en total tome casi 100 pastas de tipos diferentes, tuvieron que reanimarme, convulsione 2 veces... cuando me dieron el alta médica empece a valorar más las pequeñas cosas, pero cuando pensé que al fin iba a empezar a disfrutar de mi vida, ya que se me presentaba una segunda oportunidad, pero estaba equivocada; al pasar poco más de un mes mientras leía vino a mi mente un recuerdo que hasta el día de hoy no me ha dejado tranquila, pase de tentar a la muerte con llevarme a temerle de forma desmedida.

En un breve recuerdo donde me encontraba rodeada de la naturaleza me lleve una gran cantidad de pastas a la boca, caí al suelo incapaz de mantenerme sentada, fue en ese momento en que lo vi, un hombre o la sombra de uno que no hacia más que burlarse de mí, no recuerdo lo que hablamos, la verdad no estoy segura si tan siquiera intercambiamos palabra alguna, solo sé que él me sostenía de cierta forma que no pudiera ver más que sus ojos, pude ver a través de ellos lo que para muchos sería lo equivalente al infierno, vi a muchas personas, me fije en la que tenía más cerca, era una mujer de unos 35 años, lloraba y suplicaba que la dejaran descansar, pero apenas si termino la frase cuando la silla en la que se encontraba parada se desvaneció y ella quedó colgando de una fina cuerda atada a su cuello, en cuanto dejo de moverse, la silla apareció de nuevo y ella estaba "viva" de nuevo, pero se repitió una y otra vez el mismo patrón, se veía su desesperación cada que abría los ojos de nuevo y se percataba que se encontraba de nuevo en ese lugar, repitiendo una y otra vez lo mismo, más a la izquierda un hombre se cortaba el cuello y al igual que la señora al "morir" despertaba para repetir de nuevo la historia que jamás cambiaba, vi muchas personas haciendo en repetidas ocasiones lo que entendí que fue su último acto para escapar del mundo terrenal, sin saber la condena eterna que eso conllevaría...

Ese recuerdo aún me provoca pesadillas en las noches, pero a su vez agradezco el hecho de haberme salvado de ese final, intente que los demás lo supieran, quería evitar que más personas terminaran sufriendo de esa manera, pero fue inútil, solo se lo conté a mi familia y fueron ellos quienes me trajeron a punta de engaños de nuevo al centro psiquiátrico en donde me encuentro recluida desde hace más de 5 años repitiendo en un sueño como si de una película se tratara todo lo que viví desde que me desperté en la clínica hasta cuando me ingresaron de forma permanente en este lugar, creo que a fin de cuentas estoy pagando el haber intentado acabar con mi vida...