CONFESIONES ANONIMAS

...

Otro día más empezaba para Emilio, hace meses entro en una afición de querer salir lo más rápido posible de su trabajo, con el único objetivo de llegar al pequeño parque que estaba situado cerca a su casa y observar a lo lejos las estrellas. Era a su ensar, una forma de recuperar su energía de nuevo, duraba unos cuantos minutos mirando con detalle cada pequeña estrella del firmamento antes de sentirse vivo de nuevo, para asi retomar sus labores cotidianas. Hace 3 meses Emilio tiene esta maravillosa rutina, empezo cuando Sofía se fue de este mundo a causa de su enfermedad, Emilio decidió que cada noche la buscaría en las estrellas, así, sentiría que no estaba solo, fue en aquel momento que agradeció vivir en una pequeña montaña en los límites de la ciudad, no lo podía negar, tenía a su disposición la mejor de las vistas cada día.

Emilio, este dia estaba más entusiasmado de lo usual ya que hoy era noche de luna llena, era de sus favoritas ya que así el cielo se veía más hermoso que de costumbre, le gustaba pensar que así, era como Sofía le daba a entender que estaba con él. Corrió apurado a entregar el informe que le habían encargado, había tardado una hora más de lo esperado, pero el informe había quedado espectacular,  se lo entrego a su jefe y este, sabiendo la rutina de Emilio, solo le ofreció una amplia sonrisa acompañada de un "nos vemos mañana", como si de un niño pequeño se tratara, Emilio corrió como nunca a su coche, en el camino a casa se sentía volar, estas noches eran únicas, siempre fue lo que le encanto de Sofia ya que ambos compartían su gusto por la luna, nada más a unos pocos metros de distancia vio el parque, su corazón saltaba de alegría, en su amor puro e inocente sabía que estaba por sentirse de nuevo cerca de su esposa. Al bajar del coche tomó aire, no quería que los demás lo vieran extraño por estar apurado y lo hicieran salir del parque, unos segundos después ya estaba caminando a su lugar de siempre, al llegar se acomodo en el piso, miró al cielo y con una enorme sonrisa saludo al amor de su vida. Empezó a contarle, como de costumbre su día, el como agradecía poder seguir sintiéndolo cerca, pero como si su corazón presintiera lo que estaba por ocurrir, Emilio empezó a sentirse angustiado, no sabía la razón, solo vaia a todas partes preocupado, nada se veía extraño o fuera de lo normal, con calma intento mirar parte por parte detallando cada cosa, cada persona... a lo lejos vio algo que jamás en su vida había visto, y fue entonces que entendió porque había sentido ese miedo tan profundo...

Ese mismo día, pero horas antes Pablo, un chico de preparatoria, bastante listo para su edad llevaba a cabo un plan que tenía trazado hace unos meses. A sus 16 años, a pesar de ser el más inteligente y el chico con mejor promedio de su generación, no evito que sus compañeros lo molestaran, Pablo, día a día era objeto de burla, por saber la respuesta a todo, por ser el único de ojos diferentes, lo que a él le encantaba de sus colores de ojos, para sus compañeros era una burla, no lograban ver lo hermosa que puede ser la naturaleza con la heterectomia, a sus compañeros les molestaba que se hubiera ganado ya una beca completa en la mejor universidad del país, para estudiar química, lo que le apasionaba, pero todo llego a un punto final, cuando por intentar hacerle una broma terminaron por hacer que su hermana mayor Sofía se enfermera y muriera en un hospital. Por no saber que hacer ante los múltiples daños internos que le dejaron las bombas de líquidos que sus compañeros impactaron en su cuerpo, Pablo se culpaba de haber estado ese dia con Sofía, tal vez si hubiera estado solo las bombas las hubiera recibido él y no su hermana protegiéndolo. Pero en su funeral le juro a su cuñado Emilio, que todos pagarían haberle arrebatado a su hermana.

Al fin el día había llegado, como de costumbre llegó al colegio, se aseguró de ser el último en salir del salón, dejó escondida una caja y solo fue paciente, en la noche, fue al parque donde Emilio platicaba cada noche con su hermana, lo vio con la mirada fija, contándole su día al cielo, apenas sus miradas se cruzaron pudo ver como Emilio se tentaba, sabia que el momento había llegado, Pablo se sentó a su lado, no dijeron palabra alguna, Emilio solamente vio como Pablo sacaba un pequeño mando a distancia, presionaba un botón y a lo lejos lo que suponía era el colegio, donde los compañeros de Pablo festejaban el baile de graduación se inundaba en llamas de fuego tan altas que las podían ver con claridad desde aquel parque, su venganza había culminado, había coincidido con la fase de la lina que más le gustaba a Sofia, ahora podían seguir sus caminos tranquilos, ya nadie les iba a arrebatar de sus vidas de nuevo a un ser amado, se habían asegurado de dejar pistas suficientes como para dar a entender que era un atentado de algún grupo terrorista, así que ahora todo estaba bien.