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Melissa Jauregui Cabello

Me gusta la luna, me doy cuenta que a los niños no les gusta mucho porque es de noche y dicen que se les acaba la diversión. Por ejemplo, Brooke. Cada vez que hacemos pijamadas se pone de mal humor porque el día se acabara y siempre dice que tiene muchas cosas por hacer. No entiendo que tanto puede hacer pero mamá Lolo se sentaba con nosotras en el patio a ver la luna mientras me susurraba: ''Brooke solo quiere más tiempo contigo, es normal. Yo siento que necesito más que una vida contigo, mi niña.''

Y eso me hacía sentir bien.

Ya no tanto, porque mamá Lolo no está más conmigo.

Para mamá Lolo soy su luna, ella explicó que era por el satélite vital en nuestra familia. Aun no entendía como ella pretendía que yo estuviera dando vueltas todo el rato.

Para mamá Lolo soy una guerrera. Todavía no me lo explicada y no entiendo por qué lo soy si no me gustan las faldas y menos de hierro.

Joe siempre tiene energía, puede comer cereal feliz mientras yo trato de no dormirme. Mamá dice que es porque mami hacía muchos ejercicios cuándo él estaba en su barriga.

Si entendí por qué mamá Lolo y mami Camz no están juntas.

Ellas pelean mucho.

Ellas no quieren hacernos daño.

Probablemente se separaron para siempre porque Joe dejó sus juguetes en la piscina y la abuela Clara se tropezó con Woody y cayó al agua y mami Camz se rió.

Pero no me hacía feliz que no estén juntas.

Me sentía triste y no quería decirle a mami Camz que a veces no podía respirar bien, a veces mi cabeza va a otro lugar y no puedo dejar de pensar que podíamos hacer Joe y yo para que ellas estén juntas.

En el viaje pensé que volveríamos juntas pero mamá Lolo estuvo unas horas con nosotros. No se quedó.

No se quedó.

No se quedó.

No se quedó.

—¡Mel! ¿Estás bien? — Miré a Noah confundido. Él me miró como un bicho raro y me quitó su cuaderno de dibujos que le había robado por diversión. — Te dije que podemos jugar con cualquier cosa a arrapastrar pero no con mi cuaderno.

Volteé los ojos.

—Atrapar.

—¿Eh?

—Se dice atrapar, no arrapastrar. — Le expliqué.

Nota mental, volverle a preguntar a la tía Ally la condición de Noah y las palabras.

—Como sea. — Me ignoró. — ¿Vamos a seguir jugando? — Asentí y él salió corriendo con su cuaderno hasta la banca donde estaba Brooke, Joe y Zack.

Últimamente Joe y Zack andaban todo el tiempo juntos. A veces le preguntaba por cómo iba su relación.

Sí, relación. Mamá y mami no lo sabían pero según Joe, ellos eran novios y tenían planes de casarse y adoptar diez perros. Tuve que guardar el secreto porque nos enseñaron que somos muy niños para pensar en una relación.

Pero no puedo hacer nada por Joe, él quiere novio. No se lo voy a quitar.

Me acerqué hasta donde todos estaban peleando por cual dinosaurio quedaba mejor con los autos que le regalaron a Brooke por sus buenas notas. Ella siempre pedía autos, yo pedía diferentes palos de hockey.

—Hey, Mel. — Volteé a ver a Alissa, era una niña de 10 años que estaba en el lado B del colegio. Alissa tenía los ojos marrones y cabello negro, me gustaban sus pecas.

—Hola, Alissa. — Le sonreí.

—Lizzie dice que eres muy buena en el hockey y quería saber si querían jugar todos con mis amigos.

—¡N-no! — Joe dijo enseguida. Todos lo miramos a ver raro. — Ustedes son muy grandes, pueden hacernos mucho daño. — Frunció el ceño. Miré a Alissa con enojo, ¿Eso era lo que quería?

—¿Nos quieres hacer daño? — Levanté una ceja.

—Emm, no. Solo que es cool tener a alguien que juegue hockey pero si no quieres jugar, está bien. — Se encogió de hombros y se fue.

—Creo que le gustas. — Dijo Brooke de la nada. La miré con asco.

—Brooke, aquí el único que tiene permiso de querer algo romántico es Joe. Míralo, míralo. — Le señalé con asco a mi hermano mirando la mano de Zack y acariciándola mientras hablaban de algo de niños. — Tienen nueve años, Brooke, solo nueve y se comportan como de veinte.

—Mi mamá dice que es normal que de niños nos gusten otros niños. — Miré extrañada a Brooke, quién apartó la mirada de la mía rápidamente.

—Pues mis mamás dicen que no es normal que los niños quieran comportarse como adultos. — Le saqué la lengua cuándo volvió a prestarme atención. — Y tenemos siete años, somos muy niñas.

—Tengo seis. — Reclamó.

—Mamá dijo que este año cumples siete, no sé cómo es eso ¡Pero vas a tener siete pronto y haremos una gran salida al bosque! — Sonreí feliz. Brooke se encogió de hombros. Fruncí el ceño. — ¿Qué pasa?

—Tú quieres ir al bosque, yo quiero ir a Disneyland.

—Pero Brooke, dijiste que te gustaba la idea de acampar.

—No, tú dijiste que te gustaba, yo solo te seguí.

—Pero-

—No, Melissa. — Fruncí el ceño. — Quiero Disneyland.

—Ya estoy confundida...

—Y yo, no sabía que te molestaba que me gustara alguien.

—¡Ajá! Te gusta alguien.

—Sí y me hace sentír rara que pienses que es raro.

—No somos como Joe-

—¡No, exacto! ¡Porque yo soy Brooke y me gusta alguien!

***

Recuerden que los niños no eligen cuándo ni que sentir. Son niños y fluyen de acuerdo a cuánta libertad puedan expresar acorde sienten y en ese momento. Puede que ya no haga estos capítulos de la vida de los niños y lo deje para las precuelas y ponga flashbacks, idk.

Feliz 27 de julio. Exactamente en mi país faltan 5 minutos para que se acabe el aniversario de Fifth Harmony.

El capítulo es corto pero cumplió con el objetivo, que conocieran un poco de la Jauregui Cabello menor.

Divorce (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora