Divorce (Camren)

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Qué raro yo actualizando antes del mes jsjs. Voten y comenten, apoyen a esta fiel servidora.

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Narrador omnisciente:

¿Conocen la fatiga emocional? Esa que es peor que la física, que no te deja moverte de la cama porque tu corazón pesa, la que no te hace abrir los ojos porque estás cansada de ver el mismo lugar cada mañana, la que no te deja respirar el aire tranquilamente porque tu pecho ha decidido no dejarlo pasar.

Aquella madrugada todo lo que pudo hacer Camila es pensar. Pensar en lo que pasaría y en lo que no, matándose hasta quien sabe qué hora buscando una solución a sus problemas pero no halló ninguna.

No supo a qué hora llamó a Dinah pero su amiga la atendió en el primer repique ya sabiendo a que se debía el llamado y no dudó en ir a su casa para apoyarla.

—Creí que no conocería a otra Jauregui tan terca e idiota hasta que ¿Adivina? Sí, te casaste con ella y te convertiste en otra Jauregui terca e idiota. — Dinah bufó tratando de levantar a Camila de su cama. La castaña no tenía ánimos de nada por todo lo sucedido el día anterior.

Lauren se casaría con otra mujer, la había olvidado tan rápido que ni siquiera le dio tiempo de hablar con ella.

¿Qué le quedaba ahora? ¿Ver cómo Lauren tenía hijos con otra mujer mientras ella sería etiquetada como la ex mujer y Joe y Mel como los hijos de un ex matrimonio?

Su corazón dolía de mil maneras. En toda la noche se le dificultó respirar y el dolor en su pecho no ayudaba. Pudo haber llamado a Lauren, quién se quedó en una de las habitaciones de invitados para pasar la mañana con los niños. Pero no lo hizo.

Demonios, ni se merece verme agonizando en la madrugada. Pensó Camila.

Así que, hizo de todo un poco. Practicó algunos ejercicios de respiración y físicos, se dio un baño de sales y terminó un libro que tenía pendiente por leer desde hace un tiempo.

¿Lo peor? Todo lo hizo llorando por la estúpida de su ex mujer.

—¡Hey, te escuché! — La voz ronca de Lauren se presentó en la habitación de Camila. La que antes les pertenecía por igual.

—¿Y qué señora ''Me voy a casa con otra mujer para hacerle más daño a Camila?'' — Gruñó Dinah. Camila, quien estaba boca abajo y abrazando una almohada contra su rostro, suspiró tan alto dando a entender que Dinah tenía razón.

Lauren estaba recostada en el marco de la puerta de la habitación mirando todo con diversión. La cual se fue cuando escuchó las duras palabras de Dinah y su expresión cambió a una de tristeza.

—Dinah... — Advirtió.

—Solo cállate, Lauren. No te quiero escuchar. Déjame con Mila a solas. — La polinesia no miró el rostro de la mejor amiga de su esposa concentrándose nada más en Camila.

—Como gustes. Espero que en un futuro te arrepientas por todo lo que dijiste hoy. — Lauren dijo con una voz dura. Su mirada fría iba hacia Dinah pero antes de irse, su mirada pasó a una de tristeza al ver al amor de su vida dándole la espalda sobre el colchón. — Camz, no te preocupes por los niños. Yo me encargaré de ellos y-y... Lo siento, amor.

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En el transcurso de la mañana Lauren habló con sus padres y con Ally para saber si tenían tiempo libre de cuidar a los niños. Se sentía frustrada por no hablarles el día anterior ya que era probable que todos tuvieran su día planificado y llevaba razón. Su madre tenía una cita medica de rutina, su padre estaba en una reunión de negocios y se le ocurrió la maravillosa idea de llamar a Ally olvidándose que la rubia estaba en la empresa en su cargo y el de Camila al mismo tiempo y que sus hijos estaban en clases.