08

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Rota. Esa es la palabra correcta para describirme en este momento. Las palabras de Lauren se sintieron como cuchillos calientes perforando mi pecho y garganta.

¿Dónde está el amor que me juró por años? ¿Tan insignificante era? ¿Valgo algo? Y si es así, ¿Por qué valgo tan poco?

Muchas preguntas y sentimientos llegaban a mi estúpido cerebro mientras toda nuestra familia y amigos estaban alrededor mirándonos en un estado sorprendido y doloroso. Sé que les dolían las palabras de la mujer que estaba frente a mí pero jamás como a mí me dolía.

—¿Estás bromeando? — La pregunta de Dinah hacia Lauren me sacó de mis pensamientos y fijé mis ojos en la mujer que estaba detrás de Lauren.

Su piel morena estaba en contraste con su cabello castaño oscuro largo, sus rasgos están perfectamente hechos por algún tipo de Dios. Vestía unos jeans rasgados y un top color gris.

La maldita mujer estaba hecha para Lauren y aquello dolía, nada estaba mejorando.

¿Para qué traerla a Miami? ¿Por qué traerla a mí cumpleaños? ¿Por qué traerla a mí?

—No bromeo. — Respondió la dueña de aquellos ojos esmeraldas aun mirándome. — C-Creí que era buen momento para presentarla y no dejarla sola en el apartamento.

—¿Desde cuando tienes apartamento? — Fruncí el ceño.

Todo era tan raro. Sabía que en algún punto ella se cansaría de vivir con Clara y querría su propio espacio pero era tan insólito.

—Desde que decidimos vivir juntas. — Apretó la mandíbula, parecía difícil tener que decir aquello. Mis ojos fueron a su garganta detallando como tragaba con dificultad.

Mi corazón se hundió más, ¿Esto en realidad estaba pasando?

—¿Con Camila te tomó años pedirle que vivieran juntas y con esta en dos horas le pides que se mude contigo? — Soltó Normani. Agradecía internamente que sacara el veneno que yo no podía por el momento.

—Tenemos un tiempo de estar juntas y ella tiene un nombre, es Malai.

—¿Desde cuándo? — Pregunté. Tenía que saberlo. Lauren me miró confundida. — ¿Desde cuándo están juntas? — Reformé la pregunta.

—Camila yo-

—¡¿Desde cuándo?! — Grité. Ya mi cerebro estaba reaccionando, mi tristeza estaba convirtiéndose en enojo.

—Unas semanas después de llegar a Tailandia.

No soportaba mirarla. Mis ojos dejaron los suyos y se posaron en la pared atrás de ella. De ellas.

Confirmarme aquello era decirme que estaba con ella en los momentos de nuestras llamadas y videos. Las conversaciones eran banales pero no quitaba el hecho de que se fue allá apenas el divorcio fue oficial. Aun había objetos en la casa que compartimos.

Sentí mis ojos arder. Las lágrimas comenzaron a bajar tan rápido por mis mejillas y no quería limpiarlas, ellas solo salían y yo no emitía sonido alguno.

Sí, mi pecho duele. Sí, mi alma duele. Sí, mi corazón duele. Todos lloraban en un conjunto silencio y no me sorprendía que mi garganta no decidiera participar y yo sabía la razón. Estaban despidiéndose. Estaban en un funeral en el que mis cuerdas vocales no estaban.

¿Por qué?

¿Por qué?

¿Por qué?

—Camila, tenemos que hablar a solas. Permítenos eso, por favor. — Escuché la voz de Lauren tan baja y eso estando a centímetros de mí. Se había tomado el tiempo para acercarse más. Mi vista estaba siendo bloqueada por su rostro.

Divorce (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora